El desierto de Atacama, en Chile, se ha convertido en un vertedero que acumula la ropa sin vender de los comercios minoristas de moda. Ubicado en la comuna chilena de Alto Hospicio, está sufriendo el problema de la contaminación de la moda rápida. Cada ... vez se compra más ropa, con menor durabilidad. Una situación que lleva al aumento de la insostenibilidad de esta industria y a la contaminación y destrucción de algunos parajes.
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Los datos apuntan a que cada año llegan a esta comuna unas 59.000 toneladas de ropa que no se ha vendido en Estados Unidos, Europa y Asia, para ser comercializada en Sudamérica. Toda aquella cantidad que no llega a Santiago de Chile o no se pasa de contrabando a otros países, termina en este desierto. Hasta 39.000 toneladas acaban en este paraje.
La fabricación de ropa está detrás del 8% de los gases de efecto invernadero de todo el mundo. Las prendas que sobran, además se entierran o se dejan al aire, liberando gases a la atmósfera o contaminando el medio ambiente. Después, la ropa puede tardar hasta 200 años en degradarse y es tan tóxica como los neumáticos o los plásticos. Este aspecto es lo que las lleva a este desierto, el no estar hechas de materiales biodegradables y contener sustancias tóxicas.
En los últimos años, han surgido movimientos que apuestan por un consumo más sostenible de la moda y por el reciclaje de la ropa. En la zona se han creado en los últimos años varias empresas, como EcoFibra, Ecocitex o Sembra, para reciclar la ropa que llega. A partir de ella fabrican otras prendas, hilo, pantallas de lámparas, cuadernos, contenedores o bolsas.
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