El melón es una de las frutas más consumidas en verano porque es un gran aliado para combatir el calor y la sed. El 90% de él es agua, por lo que resulta una buena forma de combatir la sed. Sin embargo, existe la creencia de que comer esta fruta por la noche es malo porque provoca problemas digestivos. Nada más alejado de la realidad.
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Según informa Las Provincias , su aporte calórico y de azúcar es mínimo, y no tiene nada de grasa ni colesterol. A cambio, aporta al cuerpo vitaminas A y C.
El problema se encuentra en las grandes ingestas. Por una parte, cuanto mayor sea la cantidad, peor será su digestión. En segundo lugar, sí puede resultar perjudicial tomarlo demasiado frío y que se produzca un choque térmico en el organismo. Por último, el causante de una mala digestión tras haber comido melón puede ser haber cenado demasiado. Nada que no pueda ser extrapolable a otras frutas o alimentos.
Es por ello que, tomando una cantidad controlada de esta fruta y con la temperatura adecuada, se puede disfrutar a cualquier hora del día sin temer una mala noche a causa de una problemática digestión. El único incoveniente real que tienen tanto el melón como la sandía al ser consumidos de noche es que son diuréticos. Al estar compuestos, básicamente, por agua, es posible que aumenten las ganas de ir al baño y rompan el ciclo de sueño.
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