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La madre de Anna y Olivia: «Deseo que su muerte no haya sido en vano»

«Olivia y Anna, ahora los angelitos de los niños, piden que les den todo el amor», escribe en una carta Beatriz Zimmermann

Álvaro Soto

Madrid

Domingo, 13 de junio 2021, 20:14

Beatriz Zimmerman, la madre de Anna y Olivia, las dos niñas asesinadas por su padre en Tenerife, ha hecho pública este domingo una emotiva carta en la que comparte sus sentimientos tras la pérdida de las pequeñas y pide un endurecimiento de la ley para los casos de violencia vicaria. «Espero que las leyes se pongan más duras protegiendo a los niños. Ellos no tienen por qué cargar con esa mochila, y si el amor se acaba lo más importante es el bienestar de los hijos. Si hay maltrato en los progenitores hay que ser muy tajantes porque los niños no pueden estar creciendo viendo violencia. Los niños son el futuro y es muy importante que crezcan observando un ambiente de respeto, paz, amor y tranquilidad...», asegura Beatriz en una misiva en la que muestra su enorme dolor por el trágico final de la desaparición de las pequeñas.

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«Anna y Olivia estaban llenas de amor, todos los días yo les decía a cada momento que las amaba muchísimo... A Olivia le decía; Olí tengo un problema, ella me respondía; si mami, ya lo sé...Que me quieres demasiado. Y ella sonreía», escribe. «Ellas son ahora dos ángeles que han venido al mundo enseñando una gran lección a costa de su vida... Y yo... siendo su madre, voy a luchar en contra de estas injusticias y el bienestar de los niños. Por ellas y por todos los niños», se compromete Beatriz tras ver cómo su expareja ha cometido «el acto más monstruoso que una persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos».

La madre de Anna y Olivia desea que la muerte de sus hijas «no haya sido en vano». «Y aunque ahora sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, que no sea para traer más sufrimiento al mundo sino lo contrario. Que trascienda en amor para los niños en forma de protección, educación y respeto». Un amor que se concreta en los pequeños detalles que Beatriz ya no podrá disfrutar. «Gracias a ellas, muchos padres miran ahora a sus hijos de otra manera y valoran mucho más el amor y los momentos diarios de las cosas simples. Ese maravilloso día a día que tanto echo de menos. Lo que yo daría por peinarles el pelo. Ese simple acto ahora mismo es lo que más desearía», cuenta Beatriz.

«Los niños son nuestra responsabilidad y a mí como madre me duele en el alma no poderles haber salvado la vida», llora Beatriz. «Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas de la mano y morir juntas...». Pero eso no pudo ser, desvela, «porque Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida. Esa fue la razón por la que dejarme a mí con vida ... Y por supuesto, el no quedar como el mayor asesino de la historia. Aquí la justicia salió a la luz».

Enfrentada al sufrimiento más extremo que un progenitor puede asumir, Beatriz cuenta que cuando le comunicaron el hallazgo del cadáver de su hija mayor, se le vino «el mundo encima». Pero «por muy duro que sea por lo menos ahora puedo llorar su pérdida y sentirlas a mi lado a cada momento; sentirlas cuando me despierto, cuando desayuno, todo el día, hasta que me acuesto...».

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Beatriz quiere que el 27 de abril, la fecha en que su pareja asesinó a sus hijas, sea «el día nacional del NIÑO» para «recordar que ellos son, junto a las personas mayores, nuestro principal cometido de dar amor, apoyo y educación. No olvidar que dependen de nosotros y que confían plenamente en nuestro amor hacia ellos. Tenemos una responsabilidad».

«Deseo que la muerte de las niñas sirva para crear mayor consciencia sobre el amor que entregamos a nuestros hijos, en valorarlo y cuando estamos con ellos no tener la cabeza en otros asuntos sino en ellos. Nos necesitan y nos adoran», pide Beatriz. «Olivia y Anna, ahora los angelitos de los niños, piden que les den todo el amor a sus hijos, dedicación, respeto, y que se les inculquen valores para un mundo mejor. Ellas habrán muerto en cuerpo, pero su alma está con todos nosotros para siempre, ayudando a tener más conciencia, amor y respeto por nosotros. La gran mayoría de las personas son seres increíbles, lo han demostrado en este acto tan cruel con la compasión y el dolor. Gracias de todo corazón», concluye Beatriz, que firma como «mamá de Olivia y Anna. Los angelitos».

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