Borrar
Ideal
Un ladrón bizco evita la cárcel porque la víctima no vio su 'defecto'

Un ladrón bizco evita la cárcel porque la víctima no vio su 'defecto'

La Audiencia revoca la condena de 4 años y medio que se le impuso por robar a una mujer al dudar de la fiabilidad del reconocimiento

yenalia huertas

Granada

Jueves, 19 de julio 2018, 19:06

A un ladrón de Granada su defecto visual le ha ayudado a librarse de un severo castigo por el robo de 50 euros a punta de navaja a una joven que se encontraba con otra persona en la parte trasera de un coche en la localidad granadina de Atarfe hace dos años. El hombre es bizco y, sin embargo, la víctima, que aseguró en su denuncia haber visto fugazmente el rostro a su asaltante, no pudo apreciar ese importante detalle, según Ideal.

Esta circunstancia, junto con otras de gran calado como que era una noche cerrada y que llevaba un zarcillo distinto al de que la víctima vio al atracador, ha provocado que la Audiencia dude de la fiabilidad del reconocimiento del acusado y revoque la condena a cuatro años y medio de cárcel que un juez le impuso por un delito de robo con intimidación y uso de armas. La pena fue tan elevada porque el procesado, ahora absuelto, era reincidente.

Los hechos se remontan a la 1:30 horas del 28 de agosto de 2016. Según la descripción de la víctima, un individuo «de tez morena, ojos oscuros, estatura mediana, complexión delgada y con la cabeza cubierta por una camiseta» asaltó la parte trasera del vehículo en el que se encontraba junto a otra persona en un barrio «retirado» del núcleo urbano del municipio.

Linterna y navaja

La mujer y su acompañante anónimo (no facilitó su identidad por expreso deseo de éste) acabaron dando 50 euros al atracador después de que les apuntara con una linterna «para deslumbrarles» y les exhibiera una «navaja» desde el exterior, que «incluso llegó a introducir por una rendija de la ventanilla», según el testimonio de la víctima. El caco les amenazó con «rajarles» y ellos le entregaron el dinero, según consta en la sentencia dictada este año por la Audiencia, a la que ha tenido acceso Ideal.

Los hechos ocurrieron así, pero la Audiencia no cree que el acusado sea el autor de esta fechoría. La foto de este ladrón estaba en los archivos policiales que se le mostraron a la chica tras el suceso, pero el acusado, «en todo momento», negó ser el responsable de esta sustracción. Pese a ello hubo fallo condenatorio y su defensa lo recurrió ante la Audiencia de Granada.

El letrado del atracador alegaba en su recurso que se había producido un «error judicial» al otorgar una total credibilidad a la declaración de la única testigo, que era la víctima. Esta, el día del juicio, pudo contemplar al acusado de pie ante ella unos escasos segundos y lo reconoció «sin dudas», como ya hiciera durante una rueda de delincuentes que previamente había ordenado el juzgado de Instrucción que investigó el caso.

El acusado negó «en todo momento» ser el autor de esta sustracción

La defensa no dudaba de la realidad del asalto denunciado. Lo que ponía en tela de juicio era el reconocimiento que se llevó a cabo en la rueda de delincuentes previa. Las ruedas se celebran en una habitación determinada donde los sospechosos a reconocer se colocan, frente a un cristal, mirando al frente, en fila y bajo un número. Se trata de una prueba, como resalta la Audiencia, «apta» para que la presunción de inocencia de un reo se desmorone.

No obstante, hay que ser «especialmente cautelosos» a la hora de valorarla como tal, sobre todo si es la única prueba que se posee en un procedimiento, como sucedió en este caso. Es posible que se dé el «error humano» cuando se trata de reconocer a un completo desconocido «con el que no ha existido más que un contacto visual y fugaz». Y en este caso, el tribunal duda de la fiabilidad del reconocimiento que hizo la víctima el día del juicio, que vino a reiterar el que en su día hiciera durante la rueda.

Los datos aportados por la denunciante para describir al atracador fueron «imprecisos»

Para empezar, los datos que aportó la mujer en su denuncia para describir las características de su atracador fueron «imprecisos». Apuntó que era varón, de etnia gitana, moreno de piel, de estatura mediana, entre otros. Las características del acusado concordaban con las descritas por la denunciante, pero también, como subraya el tribunal, con las de «un buen número de personas más solo entre los habitantes de la localidad de Atarfe, donde reside el acusado y sucedió el hecho».

La forma del zarcillo

Otros detalles que aportó la joven es que el asaltante llevaba una camiseta sobre la cabeza que le impidió ver su pelo y un «arete metálico de forma cuadrada» en una oreja. El detenido llevaba efectivamente pendiente, pero «pequeño, redondo y con una circonita a modo de brillante».

Junto a ello, la defensa del acusado destacaba un extremo nada desdeñable en su recurso: su cliente «padece un defecto visual llamativo, el estrabismo, que difícilmente puede pasar por alto cualquier persona que contemple su rostro». La víctima, sin embargo, como recuerda la Audiencia, no pudo apreciarlo en el breve contacto que dice que tuvo de la cara del atracador.

En este punto, los magistrados recuerdan las «desfavorables» condiciones que se dieron para que la denunciante pudiera contemplar los rasgos faciales del atracador, grabarlos en su memoria y poder ofrecer una identificación segura. Así, recuerdan que la propia mujer declaró que le vio el rostro «durante un breve instante», cuando se apartó de la linterna con la que les enfocaba, y aprovechando que su acompañante comenzó a forcejear con él por la ventanilla. «Si a esto se le une la hora de la noche en que todo esto ocurría, con la testigo dentro del coche y el asaltante afuera y, con toda probabilidad, con escaso alumbrado exterior dadas las circunstancias, la duda queda servida», concluye el tribunal.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Un ladrón bizco evita la cárcel porque la víctima no vio su 'defecto'