Estaba en la cola de un establecimiento de comida para llevar. «Iba a recoger un pollo asado», recuerda. En la hilera de clientes algunos comentaban lo incómodo de llevar mascarilla en la calle, y de hecho hablaron con una mujer que tenía la nariz por fuera del protector, que inmediatamente se lo colocó de forma correcta. «Varias personas estábamos charlando del tema, cuando pasó un joven que no la llevaba puesta», relata. Tras pedirle que se la pusiera se desencadenó una discusión que finalizó en agresión: el chico, de 18 años, dio presuntamente una paliza a Ángel, de 50, que cayó de espaldas al suelo tras recibir varios golpes que le noquearon.
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La agresión se produjo el pasado domingo, en las Lagunas de Mijas. El agresor, de nacionalidad holandesa y ascendencia marroquí, se dio a la fuga una vez el resto de clientes avisaron a la Guardia Civil. Los agentes dieron con el joven al cabo de un tiempo, cerca de un establecimiento deportivo, y fue arrestado por la presunta autoría delito de lesiones.
Ángel recuerda que la discusión escaló «muy rápido». «Le dije que si no sabía que había que ponerse la mascarilla, se quitó uno de los auriculares y me preguntó si yo era policía». Ángel le explicó que «cualquier persona puede señalar una infracción», igual que si ve a alguien cometiendo un delito. Según su relato, el joven se quitó los dos cascos con los que escuchaba música y comenzó a gritar «muy fuerte». «Pegó su cara a la mía, casi tocándome, y yo lo único que podía hacer era tratar se separarme de él usando las manos».
En el momento de máxima tensión, explica el herido, el joven comenzó a lanzar golpes. «Empezó a darme puñetazos en la cara sin parar, he visto muchos combates de boxeo y daba la sensación de que ese chico sabía pelear». Ángel le dijo que no se podía defender por una operación de espalda –tiene un 30% de minusvalía–. «Le dio igual y siguió pegándome hasta que me caí».
La víctima llevaba puestas unas gafas de sol que se rompieron por el impacto de los puñetazos, lo que le provocó varios cortes en la cara. Una vez se recuperó fue trasladado al Costa del Sol, donde recibió tratamiento médico por las lesiones, que por suerte no revistieron excesiva gravedad. «Aun así llevo desde entonces en la cama, hecho polvo».
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Al día siguiente, el herido acudió a dependencias de la Guardia Civil y a los juzgados para presentar la correspondiente denuncia y el parte de lesiones, en el que se señalan varias lesiones, entre ellas dos derrames oculares. «Yo soy el primero que piensa que llevar mascarilla es muy incómodo, pero entre todos tenemos que intentar actuar un poco mejor», concluye Ángel.
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