La vida normal necesita superhéreos. A Leo Harlem, por ejemplo, le cuesta mucho levantarse por la mañana. Se le pega la almohada, la alfombra... ¡Todo! Hay a quien que le cuestan más las cosas porque no van tan rápido, pero muchas veces ir más rápido no implica que se hagan mejor. Siempre se ha dicho aquello de «vísteme despacio que tengo prisa».
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Jordi es un buen ejemplo que demuestra que ser el más rápido no significa hacer bien las cosas. Jordi le muestra a Leo que montar unas guirnaldas requieren paciencia y pericia y que, ir despacio te permite hacerlas sin equivocarte. Nada de ir corriendo.
Ellos lo tienen claro: ¡Superación!
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