Los horrores cometidos por Dominique Pelicot contra su mujer, por los que ha sido condenado este jueves a 20 años de prisión, no son los únicos que figuran en el historial delictivo del conocido como 'monstruo de Mazan'. Está imputado por otros dos hechos ... graves: un intento de violación con violencia sobre una joven agente inmobiliaria en 1999 y otra agresión sexual mortal en 1991.
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«A nuestros clientes (Gisèle, sus hijos y sus nietos) les cuesta creer que entre 1999 y 2011, Dominique Pelicot estuviera jugando al mahjong», aseguró durante una sesión del jucio, que se ha prolongado más de tres meses, el abogado Antoine Camus. «Por desgracia, no descartan nada», añadió durante su alegato sobre las agresiones que pudo cometer. Aunque no se juzgan en Aviñón, sus antecedentes estuvieron presentes en las audiencias. Incluso se leyó una parte del interrogatorio policial que le hicieron sobre el intento de violación en 1999.
Tras haberlo negado dos veces, Dominique terminó reconociendo en 2022 la agresión a la agente inmobiliaria Estelle B. Esta mujer francesa tenía 19 años en el momento de los hechos y trabajaba en una agencia inmobiliaria en el este de la región parisina, justo en la misma zona donde vivían los Pelicot. Durante una tarde de mayo, él entró en su agencia y la engañó diciéndole que quería comprar un piso. Ella le propuso ir a ver uno que promocionaban. Pero cuando entraron en ese inmueble, intentó sedarla poniéndole en la boca un pañuelo en que había vertido éter. «Quería evitar hacerle daño», dijo Pelicot a los agentes, a los que aseguró que «solo quería mirarla».
Estas excusas se contradicen con el momento de gran violencia descrito por Estelle B. Según su testimonio, este hombre, que mide más de 1,90, se sentó encima de ella y le ató los brazos con una cuerda. Pero ella pudo resistirse y agarrarle los testículos cuando Pelicot intentó desabrocharse el pantalón. Luego, la víctima se encerró en un armario durante cuatro horas mientras el agresor se iba de ese inmueble con el coche de la agente. Como encontraron restos de su ADN en la escena de ese crimen, al «monstruo de Mazan» no le quedó prácticamente otra opción que reconocer su implicación.
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En cambio, niega haber matado a la joven Sophie Narme, de 23 años. La cercanía geográfica y la similitud en el modus operandi entre lo sucedido en 1999 y 1991 comportó que los jueces instructores encargados de los casos sin resolver vincularan ambos. Narme también ejercía como agente inmobiliaria y la encontraron muerta en el piso que enseñó a su cliente-asesino. Estaba panza arriba con las manos atadas, su falda bajada y el sujetador desgarrado. En esa escena del crimen, no obstante, no hallaron restos del ADN de Pelicot.
De hecho, su abogada Béatrice Zavarro se mostró confiada de lograr que lo absuelvan por ese homicidio. Además, criticó que se hable tanto de estos casos que no forman parte de los delitos juzgados en Aviñón, una opinión que no comparten los encargados de la defensa de los otros acusados. En los pasillos del Tribunal, la letrada Nadia El Bouroumi defendió que «me parece indispensable que se hable de ello para conocer mejor la personalidad de Pelicot. Y así medir su violencia y capacidad de manipulación».
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