Estos son los insectos autorizados para consumo humano en la UE
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria acaba de dar luz verde al consumo de un tipo de larva de escarabajo y ahora la comisión debe aprobar su comercialización
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de dar el visto bueno para la el consumo de preparaciones de larvas de una especie de escarabajo, el Alphitobius diaperinus. Una vez la Comisión Europea apruebe su comercialización, este será el cuarto insecto incluido en la lista de nuevos alimentos.
Tal y como informa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los insectos están incluidos en la definición de «nuevo alimento», por lo que cualquier operador que quiera comercializar insectos para alimentación humana en la Unión Europea debe presentar una solicitud para que pueda ser incluido en la lista de nuevos alimentos.
Antes del Reglamento de nuevos alimentos, ya había países europeos que toleraban la venta de insectos. No obstante, con la entrada en vigor de esta norma, las empresas que comercializan estos insectos se vieron obligadas a presentar una solicitud para su inclusión en la lista de la Unión Europea, como requisito para poder seguir vendiéndolos. Desde entonces, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha recibido un gran volumen de solicitudes, entre las que se incluyen variedades de insectos comestibles.
Antes de autorizar un alimento nuevo, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria debe realizar un análisis del riesgo y confirmar que su ingesta no implica peligro para los consumidores. Ya son cuatros los insectos que cuentan con la evaluación positiva por parte de la EFSA y para los tres primeros la Comisión Europea ha dado ya luz verde a su comercialización:
1. Tenebrio molitor
Gusano amarillo de la harina
Este gusano es el primer insecto autorizado para consumo humano en la Unión Europea. Su consumo fue aprobado en mayo de 2021. Este nuevo alimento se puede consumir entero y desecado en forma de aperitivo o como ingrediente alimentario en una serie de productos alimenticios. Además, lo produce una empresa salmantina.
2. Locusta migratoria
Langosta migratoria
Su consumo fue aprobado en noviembre de 2021. El nuevo alimento va a estar disponible en forma de congelado, seco y en polvo. No obstante, la EFSA concluyó que el consumo de langosta migratoria puede provocar reacciones alérgicas. Este puede ser particularmente el caso de personas con alergias preexistentes a los crustáceos, ácaros del polvo y moluscos. Además, los alérgenos del alimento, incluso, pueden terminar en el insecto que se consume.
3. Acheta domesticus
Grillo doméstico
Fue aprobado para consumo humano en febrero de 2022. Se puede presentar en seco como aperitivo o como ingrediente de una serie de alimentos en forma de polvo, como productos proteicos, galletas o productos de pasta o congelado. Una vez cocinado y salado, tendrá la textura y el sabor del tocino a la parrilla. En Asia, los grillos domésticos a la parrilla se preparan con mostaza y miel o se incorporan a los pasteles y se comen como golosinas.
4. Alphitobius diaperinus
Larvas de escarabajo
La EFSA ha emitido una evaluación positiva de las larvas de escarabajo si bien advierte que puede causar reacciones alérgicas al igual que ocurre con otras especies autorizadas. No obstante, su consumo se considera seguro y se espera que en breve la Comisión Europea autorice también su venta. En concreto, ha evaluado la seguridad del consumo de preparaciones congeladas y liofilizadas de este insecto (entero o en forma de pasta o polvo) que serían añadidas como ingrediente a diversos productos alimenticios, como barritas de cereales, pasta, análogos de carne y productos de panadería.
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En varios estudios, la Organización para la Agricultura y la Alimentación ha identificado a los insectos como una fuente de alimentos muy nutritiva y saludable con un alto contenido de grasas, proteínas, vitaminas, fibras y minerales. Los insectos, que son consumidos a diario por millones de personas en el planeta, fueron identificados bajo la Estrategia de la granja a la mesa como una fuente alternativa de proteínas que podría facilitar el cambio hacia un sistema alimentario más sostenible.
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