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Patrick Mahomes, tras catapultar el domingo a los Kansas City Chiefs a la victoria en la Super Bowl. Shannon Stapleton.Reuters
Honor y gloria a Mahomes

Honor y gloria a Mahomes

El quarterback devuelve a la cima a los Kansas City Chiefs 50 años después. Hijo de un jugador de béisbol, ha revolucionado la NFL con su desbordante imaginación

Óscar Bellot

Madrid

Martes, 4 de febrero 2020, 09:51

Siete meses después de que los Kansas City Chiefs conquistasen su primer trofeo Vince Lombardi doblegando en la Super Bowl IV a los Minnesota Vikings, venía al mundo Patrick Mahomes, que haría carrera con los Minnesota Twins, los Boston Red Sox, los New York Mets, los Chicago Cubs y los Pittsburgh Pirates en las Grandes Ligas de béisbol. Medio siglo más tarde, el hijo de aquel pitcher, que adoptó el nombre de su progenitor, devolvió la gloria a la franquicia de Misuri liderando una épica remontada ante los San Francisco 49ers en la que los Chiefs levantaron una desventaja de diez puntos en el último cuarto del choque disputado en el Hard Rock Stadium de Miami, para acabar venciendo 20-31 con una exhibición del quarterback texano.

«Estábamos abajo 20-10 y nos decía que creyéramos en el cuarto parcial», confesaba Tyreek Hill, uno de los receptores estrella de los Chiefs. «No importa cuál sea el marcador, tenemos a Patrick Mahomes. Es 'Showtime' Mahomes», reivindicaba Travis Kelce, otro de los beneficiarios de las certeras decisiones del hombre que tiene rendidos a los fans del fútbol americano con su imaginación, tras renunciar a seguir los pasos de su padre para labrarse un nombre con el balón ovalado.

En sus tiempos de estudiante, Mahomes (Tyler, Texas, 24 años) despuntaba como lanzador de béisbol, se manejaba bien en el baloncesto y brillaba como jugador de fútbol americano. Tenía tantas virtudes que le nombraron atleta masculino universitario del año 2014. Sus padres se habían divorciado siendo él un niño y su progenitor disfrutaba viéndole sobre el montículo, pero él soñaba con emular a leyendas de la NFL como Terry Bradshaw, Joe Montana, Brett Favre o Tom Brady. Después de que Joe Flacco llevase a los Baltimore Ravens a la cumbre del fútbol americano en 2013, había publicado un tuit que reflejaba su deslumbramiento. «Apuesto a que debe sentirse increíble el quarterback que dice: 'Voy a ir a Disney World', después de ganar la Super Bowl».

Shakira y Jennifer Lopez. El Norte

Orgullo latino en la Super Bowl

Por undécima ocasión, la Super Bowl viajó a Miami, una de las ciudades con mayor presencia de hispanos en Estados Unidos, y adquirió un marcado sabor latino en el que sobresalieron las actuaciones al descanso de Jennifer Lopez y Shakira. La neoyorquina de origen puertorriqueño y la colombiana de Barranquilla sedujeron a los casi 65.000 espectadores que abarrotaron el Hard Rock Stadium con un espectáculo trepidante en el que presumieron de raíces en tiempos en que los inmigrantes son escrutados con lupa por la Administración Trump.

Los doce minutos de show de dos de las cantantes más reputadas del panorama internacional sirvieron a modo de celebración de la cultura latina y permitieron a las dos artistas lanzar un mensaje de unidad y esperanza para las minorías étnicas que deslumbró en un recinto plagado de caras famosas.

Beyoncé, Paul McCartney, Shaquille O'Neal, David Beckham o Emily Ratajkowsky fueron algunas de las celebridades que vieron 'in situ' el pulso entre los Chiefs y los 49ers, preludiado por la interpretación del himno estadounidense que hizo Demi Lovato, acompañada por la Banda de Música de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

La emotiva actuación de la actriz y cantante nacida en Nuevo México, cuya madre perteneció en su día al celebérrimo cuerpo de animadoras de los Dallas Cowboys, dio el pistoletazo de salida a un evento que al descanso retrotrajo a los fans españoles a días de esplendor cuando Shakira y Jennifer Lopez cantaron al alimón el 'Waka Waka' que sirvió como canción oficial del Mundial de Sudáfrica.

Por entonces ya salía con Brittany Matthews, a quien conoció en la escuela secundaria. La joven también era una deportista consumada que disfrutaba con lo que en Estados Unidos conocen como 'soccer'. Lo practicó con éxito en la universidad y luego en el UMF Afturelding de Islandia. Su salto a Europa les obligó a mantener la relación a distancia hasta 2017, cuando Mahomes ingresó en la NFL y ambos se fueron a Kansas, donde Brittany trabaja ahora como asesora de fitness y vende productos deportivos diseñados por ella.

Altruismo

Los Chiefs habían seleccionado a Mahomes con el número diez del sorteo universitario. Fue suplente en su primera campaña pero la siguiente, ya como titular, resultó formidable. Lanzó para 5.097 yardas y dio 50 pases de touchdown que le encumbraron como jugador más valioso de la NFL.

La potencia de su brazo se unía a una fabulosa capacidad de improvisación y un espíritu irreductible que le ha llevado a la cúspide en un curso en el que convirtió a los Chiefs en una fuerza imparable, capaces de remontar desventajas de dos dígitos en sus tres duelos de post-temporada. El último, ante los 49ers en un cuarto en el que Mahomes se repuso de varios errores para sellar un triunfo que le convirtió a sus 24 años y 138 días en el jugador más joven en atesorar un MVP de la temporada regular, un trofeo Vince Lombardi y un MVP de la Super Bowl.

Por fin sabrá lo que se siente visitando Disney World como campeón, a buen seguro que en compañía de su novia. Un apoyo fundamental para un astro que en abril del pasado año creó una fundación para ayudar a niños de bajos recursos y con problemas de salud.

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