«Mi hija quería el paquete completo de mastectomía y hormonas»

A continuación se señala la edad que tenían esas hijas cuando comunicaron a su familia a decisión de iniciar la transición física. De distintas comunidades autónomas, sus nombres se mantienen bajo reserva para «preservar la privacidad de nuestras hijas», explica una de ellas.

Madre de hija de 19 años

«Mi familia no es tránsfoba. Mi hija trae a sus novias a casa. Mi hermana es lesbiana. Un día nos dijo que tenía dudas sobre su género y dos meses después que se sentía chico, que teníamos que empezar a llamarla por otro nombre y que veríamos cambios en su cuerpo. En casa le insistimos en que hiciera terapia psicológica, aunque no es necesario para empezar el tratamiento. Mi hija no encajaba. No era ni muy femenina ni muy masculina. Sí es súperimaginativa, siempre le ha gustado jugar a todo. En casa las tareas están repartidas. No somos muy tradicionales.

Desde septiembre, en la universidad empezó la transición social. Incluso hay un seminario para explicar cómo hacerlo. Ella se abrió incluso un nuevo correo electrónico. De ser una persona lesbiana normal y corriente salió con lo de transexual. Cree que cambiar de sexo va a ser la solución a sus problemas. En las redes no muestran las consecuencias negativas que tiene la transición. Pedimos que la ley obligue a hacer terapias exploratorias, que un psicólogo determine si en realidad hay otros problemas subyacentes. Esa es nuestra gran preocupación. Sobre todo con los menores, que tengan las máximas garantías posibles.

Mi hija sabe que no estoy de acuerdo con su decisión y que me opongo a la 'ley trans', pero no me opongo radicalmente a su proceso. ¿Por qué no puede ser la mujer que quiere ser, aceptando su cuerpo y no trasformándolo?».

Madre de niña de 12 años

«Con la pandemia mi hija se encerró en las redes. Cada vez más triste y aislada, me dijo de un momento a otro que lo que le ocurría es que es un chico, y que quiere un paquete completo de mastectomía y hormonas. Nunca había mostrado malestar con su sexo biológico. También había impreso una carta, descargada de internet.

Yo siempre he tenido claro que voy a apoyar el proceso vital de mi hija hasta donde la lleve. Pero le pido que lo haga con calma, sobre todo en decisiones irreversibles. Pero ella ya había iniciado la transición social y había pedido en el colegio que la llamaran por un nombre de chico. El colegio no me informó. Soy la última en enterarme.

Ella tiene diagnosticado asperger, está en tratamiento de salud mental desde hace dos años, se ha autolesionado y ha sufrido acoso escolar. Siendo muy deportista, no le gusta que le crezca el pecho. Eso también me pasó a mí. Pero para sus malestares buscó soluciones en TikTok y ese entorno le dijo que era trans.

Ahora estamos empezando a hablar, poco a poco, porque otra cosa que le han dicho, aparte de que hormonarse es maravilloso y que quien lo hace es súpervaliente, es que si nos oponemos es porque somos tránsfobos».