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Jorge Fortea calienta en un gimnasio del Grao, en Valencia. Jesús Signes
La gran apuesta de Fortea

La gran apuesta de Fortea

El valenciano se convertirá el sábado enel segundo boxeador español que pelea en el mítico MGM de Las Vegas. Hace dos años, cosas del destino, se tatuó en un hombro el cartel de la ciudad delos casinos

Lunes, 28 de octubre 2019, 08:42

El gimnasio de Sento Martínez, un antiguo púgil con más pasión que manos, es un pintoresco rincón en el corazón del Grao, en el barrio portuario de Valencia. Un museo del boxeo alrededor de un ring en el que se faja a mitad de mañana Jorge Fortea, un luchador de 28 años ni muy alto ni muy fuerte, pero sí muy rápido. Fortea, de Sueca, un pueblo arrocero en plena Albufera, lleva casi dos meses exprimiéndose para llegar al momento culminante de su carrera deportiva: una pelea en Las Vegas.

El valenciano va a tener el privilegio de disputar el sábado el penúltimo combate de una velada que rematarán 'Canelo' Álvarez y Kovalev en el MGM Grand Garden Arena, el santuario del boxeo que se inauguró hace 23 años y que tomó el relevo del legendario Caesar's Palace. El MGM, al lado del tercer complejo hotelero más grande de los Estados Unidos, tiene un aforo de 16.800 espectadores que están pagando entre 200 y 1.750 dólares por una entrada. Y allí, en medio de aquel gran espectáculo, Fortea sueña con que el archiconocido Michael Buffer le presente vestido de esmoquin antes de su combate contra el ruso, aunque residente en California, Bakhram Murtazaliev, una roca que ha ganado sus 16 peleas, 13 de ellas por KO.

Fortea apoya la espalda en las cuerdas mientras su segundo 'sparring' en seis asaltos intenta colarle los puños. El valenciano los esquiva con gracia, regresa al centro del cuadrilátero y comienza una especie de baile con sus piernas ligeras y la guardia baja, como a él le gusta luchar. En la esquina, Sento, conocido como 'Tsunami' cuando era profesional, le grita sus consejos y, a su lado, Lautaro Arborelo, su preparador físico, le canta el tiempo que queda.

Lau ha tenido seis semanas para ponerle a punto. Durante ese tiempo, Fortea ha tenido que apretar los dientes subiendo las empinadas cuestas que conducen al castillo de Cullera, ha corrido costosamente sobre la arena de la Malvarrosa y ha movido hierro hasta hartarse. Esos días dejó Sueca y se enclaustró en un apartamento al lado del gimnasio con sus 'sparrings': Sergio 'El Niño' García, Guido Pitto, José Suero y Jaquero. Solo boxeo. Entrenar y guantear. Y cada día, pasar por la báscula. Fortea pelea en la categoría superwélter y el viernes no puede pasar de 69,800 kilos. Para ello obrará ese 'milagro' pugilístico que consiste en deshidratar el cuerpo reduciendo paulatinamente el consumo de líquido: la semana pasada bebió cinco litros de agua al día y esta bajará a cuatro, luego a tres y al final uno y medio. A 24 horas del pesaje, que es el viernes, se acabaron los líquidos. Pero, sorprendentemente, desde que da el peso hasta la hora del combate recuperará cuatro kilos –a base de suero, agua e hidratos de carbono–, para subirse al ring con 73 kilos.

Sus padres no le ven boxear

El gimnasio de Sento invita a entregarse al boxeo. El ring está rodeado de fotografías, carteles, guantes, todo tipo de sacos de boxeo, banderas y, en las paredes, negro sobre blanco, frases motivacionales. «Si peleas, puedes perder; si no peleas, estás perdido», «Las peleas se ganan aquí, en el gimnasio» o «Tus victorias son los sueños que jamás diste por perdidos». Como para no ajustarte los guantes, hacerte un hueco entre las cuerdas y empezar a sacar los puños.

Esta semana pasará de 73 a menosde 69,800 kilos yen 24 horas volverá otra vez a los 73

Fortea lleva otra leyenda en el pecho, como un anuncio dedicado a sus rivales: 'Fight for live' (Pelear para vivir), que, a su vez, se parece al que pronuncia Buffer, el septuagenario 'speaker' de Las Vegas con esa voz que enciende a los espectadores: «Let's get ready to rumble!» (¡Prepárense para luchar!). Aunque su tatuaje más sorprendente es el que mordió hace dos años su hombro izquierdo, el clásico cartel de Las Vegas, como si hubiera estado predestinado a llegar hasta allí.

El púgil lucha para vivir y para convertirse en el segundo español que pelea en el MGM de Las Vegas. El único hasta ahora es Javier Castillejo, que perdió ante Óscar de la Hoya en diciembre de 2008. Fortea lo sabe, como sabe que por allí han luchado Mike Tyson, Evander Holyfield, Floyd Mayweather, Julio César Chávez o Manny Pacquiao. Si logra derrotar al ruso en el MGM –allí también se celebrará el 20 de noviembre la gala de los Grammy Latino–, se le abrirá la puerta para pelear por el titulo mundial de la IBF contra el estadounidense Julian Williams.

Su perfil

  • 20-1-1 Jorge Fortea llegará a Las Vegas con un balance de veinte victorias (seis por KO), una derrota y un combate nulo.

  • Trabaja de 'segurata' El púgil de 28 años nacido en Sueca (Valencia) no puede vivir del boxeo y por eso trabaja de seguridad en discotecas y otros negocios.

Quién se lo iba a decir a aquel chaval, el hijo de un hombre que trabaja en un matadero de pollos, que con 13 años, al salir del colegio, iba al gimnasio, cogía unos guantes y se metía en el bar donde trabajaba su madre para zurrarse con los amigos. Ahora, convertido ya en un gran profesional, prefiere que sus padres no le vean batirse en el cuadrilátero. Por eso, quizá, los lleva tatuados en la espalda. «Nunca les ha gustado que boxeara, pero ahora han visto que gracias a esto soy muy serio y estoy más centrado. Antes es que era una cabra loca...».

Fortea llegó ayer a Las Vegas. En el armario guarda el calzón turquesa y blanco que le ha hecho adrede una modista con tela de fallera. Quiere lucir en el gran escaparate del boxeo. Aunque otra frase en la pared encalada le recuerda que esto no es un desfile: «Los boxeadores no somos atletas, somos gladiadores».

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