Así, a primera vista, si uno no se fija en el escudo de los contenedores, en las hierbecillas que asoman curiosas entre la arena, en que no hay olas ahí al fondo ni guiris con calcetines, chan-clas y cachi calentorro, uno podría pensar ... que la imagen se ha tomado en Benidorm. Como si los bloques de Huerta del Rey fueran torreones alicantinos, los hermanos pequeños de Bali. Y no, no. Esta imagen veraniega, con su sol en declive y esas gotas que parecen salpicar más allá del papel, está tomada en Valladolid, en ese regalo que se llama playa de Las Moreras. Aquí Pucela se viste de costa y se olvida de que a tan solo unos metros está el asfalto de Isabel la Católica y el festín rojizo de su Plaza Mayor. Aquí, las duchas regalan frescor en este tórrido verano.
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