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Todo comenzó como un reto. Cuando la empresa Livall, dedicada a la innovación, tecnología y diseño de cascos inteligentes para garantizar una mayor seguridad, anunció el lanzamiento de los MC1 y MC1 Pro en la Feria de Electrónica de Consumo en Las Vegas (Estados Unidos), ... el subdirector General de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT (Dirección General de Tráfico) propuso a la empresa que, en un breve plazo de tiempo, este casco estuviera conectado a la DGT 3.0.
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Esta plataforma de Tráfico facilita la interconexión de todos los actores que forman parte del ecosistema de la movilidad, lo que supone una gran ayuda para los conductores ya que reciben información importante sobre el estado de la carretera, la densidad del tráfico, tramos en obras, aparcamientos, puntos de interés... En definitiva, la DGT 3.0 facilita la conducción y garantiza una mayor seguridad.
Tras la realización de dicho evento, el objetivo de la DGT era trasladar toda esa tecnología a los motoristas a través de cascos inteligentes. Así lo confirmaba Jorge Ordás, que perseguía «conseguir que las motos recibiesen la información de la plataforma DGT 3.0 y que fuese por voz, a través del casco» con el objetivo tanto de «eliminar sorpresas en la carretera« como el hecho de »no perder la atención de la carretera« ya que con esta tecnología no es necesario apartar la mirada en ningún momento de nuestro trayecto.
Lo cierto es que este reto ya es una realidad, y la DGT ya tiene su propio casco MC1 el cual, cuenta con una tarjeta integrada que permite el intercambio de datos. Entre las muchas facilidades que ofrece, la más importante según Tráfico, es que en caso de sufrir un siniestro en carretera, la plataforma DGT 3.0 emite una señal directa al casco de los motoristas más cercanos, una alerta mediante comando de voz que informa del accidente a todos los usuarios para que extremen la precaución durante el trayecto.
Desde la empresa Livall, aseguran que gracias a la información del tráfico que pueden recibir los motoristas en tiempo real, «la movilidad en carretera será mucho más eficiente, sostenible y, ante todo, segura». Con esta tecnología, no solo «se salvarán vidas» sino que también se producirán menos atascos, se tardará menos en llegar al destino y será mucho más sencillo encontrar aparcamiento, lo que supondrá también un mayor ahorro de combustible.
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