La fiebre de las despedidas de soltero acaba con la fiesta de un grupo de curas

Y es que al grupo de siete amigos seminaristas se les negó la entrada en dicho bar tras ser confundidos por el dueño con un grupo de despedida de soltero. Parece que los alzacuellos y una pinta de cerveza son incompatibles para entrar en el local de este hombre, que seguro que tiene malas experiencias con cuadrillas de amigos de despedida de soltero vestidos curas.

Según ha explicado uno de los implicados, el padre Michael Doyle, al diario The Telegraph, lo que pretendían, más allá de pasar un buen rato entre amigos tomando algo, era celebrar precisamente la ordenación como sacerdote de uno de ellos.

El sacerdote explicó que al ver que el grupo entraban con sotana y alzacuellos el dueño les invito a irse ya que «tenían una política de no dejar entrar vestidos de fiestas de disfraces o despedidas de soltero». El dueño, Matt Morgan, acabó cayendo que el traje era de verdad, así que pidió disculpas a sus clientes y se les readmitió en el local.

«No todos los días tiene a uno como cliente a un sacerdote, serán bienvenidos siempre que quieran volver», declaró el gerente a The Telegraphal. Tras readmitir al grupo, fueron recibidos con aplausos y tuvieron un ronda de pintas por cuenta de la casa y todo fue perdonado, como se puede ver en Twitter.

Al parecer, la imagen de un religioso bebiendo cerveza solo estaba reservada para los envases de este líquido dorado...hasta ahora ya se sabe, Dios está en todas partes, hasta de fiesta.