sara borondo
Miércoles, 30 de septiembre 2020, 13:32
La relación entre Facebook y la Unión Europea (UE) está llena de espinas, aunque el mercado europeo es uno de los más importantes para la red creada por Mark Zuckerberg. En el último lustro se han producido varios encontronazos importantes entre ambos. Uno ... de los más destacados terminó en 2017, cuando la Comisión Europea multó con 110 millones de euros a Facebok por considerar que la red social proporcionó información incorrecta o engañosa durante la investigación llevada a cabo tras la compra de WhatsApp. Los de Zuckerberg prometieron no compartir datos entre los usuarios de las dos plataformas, anunciando lo contrario tiempo después.
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De 2016 es el escándalo de Cambridge Analytica, firma que utilizó la información de 80 millones de usuarios de Facebook para interferir en la votación del Brexit (y, posteriormente, en las elecciones presidenciales estadounidenses).
Actualmente se está viviendo otro de los desencuentros más sonados entre Facebook y la UE, que puede acabar con los europeos fuera de Facebook e Instagram. Sendas redes sociales recogen información sobre los gustos de los usuarios para ofrecerles anuncios relacionados con sus intereses; datos que se llevan a Estados Unidos para su tratamiento, lo que no se estaría realizando bajo las condiciones específicas del Reglamento Europeo General de Protección de Datos (GPDR).
Ya a primeros de año, Facebook se vio obligada a posponer la puesta en marcha en Europa de 'Facebook Parejas', app de citas presente en 20 países de América y Asia. En marzo, la Comisión de Protección de Datos de Irlanda (país en el que Facebook tiene su sede europea) solicitó la información referente al tratamiento que iba a dársele a los datos recogidos de los ciudadanos europeos, para asegurarse de que estaba garantizada la privacidad de los usuarios. Facebook no la presentó, decidiendo paralizar el lanzamiento de la app mientras preparaba una fuerte protección de la privacidad.
La situación se complicó aún más cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sentenció que no era válido el Escudo de Privacidad (Privacy Shield) firmado entre EE.UU. y Europa en 2016. Éste permitía a las empresas norteamericanas llevarse los datos de los usuarios europeos al otro lado del Atlántico, al tiempo que establecía la creación de un Defensor del Pueblo independiente en EE.UU., al que podrían dirigirse los ciudadanos europeos en caso de querer denunciar cualquier vulneración de sus derechos en protección de datos. No obstante, se han detectado carencias en dicho Privacy Shield; el mentado Defensor nunca ha contado con medios suficientes y los trámites para reclamar resultan muy complejos, sin que exista una mínima supervisión de la normativa.
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Maximiliam Schrems, usuario austriaco de Facebook, denunció que sus datos personales se transferían de Facebook Ireland a los servidores americanos con fines netamente comerciales, pero sin las garantías de privacidad necesarias. Finalmente, el tribunal europeo le ha dado la razón. Schrems estaba preocupado por la sección 702 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de los EE.UU., en virtud de la cual la Agencia de Seguridad Nacional del país americano puede utilizar la información perteneciente a no estadounidenses residentes fuera del país que se haya almacenado mediante proveedores de servicios como las redes sociales. Esto no afecta a WhatsApp, ya que las conexiones están cifradas de extremo a extremo y la empresa no puede interferir en ellas. Tampoco lo haría a usuarios de Gran Bretaña, que tras el Brexit dejan de acogerse al 'RGPD'.
Según el tribunal europeo, el trasvase de datos con fines comerciales no puede «quedar fuera del ámbito de aplicación del RGPD» y, por tanto, debe producirse asegurando que el nivel de protección equivale al de la norma europea (no es así en el caso de Estados Unidos). Schrems se mostró satisfecho con la sentencia y afirmó que este choque entre la ley de privacidad de los datos personales de la UE y la ley de vigilancia estadounidense terminará cuando EE.UU. garantice el derecho a la privacidad de los ciudadanos de su país y de los del resto del mundo, aunque lo cierto es que también cabe la posibilidad de que el Departamento de Comercio americano y la Comisión Europea lleguen a otro acuerdo, o que la información de los ciudadanos europeos no salga de los servidores de este continente.
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Sin el escudo de privacidad y sin ningún otro acuerdo, Facebook e Instagram podrían verse obligadas a dejar de operar en el viejo continente, un dato muy relevante considerando que en el último año han vendido publicidad a 7.700 empresas europeas por valor de 208.000 millones de euros. La empresa americana ha solicitado que se paralice hasta noviembre la orden del DPC, porque la posibilidad es muy real. Incluso la directora de protección de datos de Facebook Irlanda, Yvonne Cunnane, reconoció hace unos días que no tienen claro cómo podrían seguir proporcionando servicio a los usuarios europeos de Facebook e Instagram, lo que supondría la pérdida de acceso a 410 millones de perfiles personales y comerciales.
No obstante, el vicepresidente de Asuntos Globales y Comunicaciones de Facebook, Nick Clegg, afirmó que su empresa no tiene «ninguna intención» de dejar de prestar servicios en la UE, lo que hace pensar que Facebook está preparando algún tipo de solución que les permita serguir operando en el continente.
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