La esquela de una anciana con un duro mensaje para su familia

Las esquelas son ya casi un género en sí mismo. Los mensajes de los familiares a sus muertos o de los fallecidos a su familia suelen ser amorosos, pero siempre hay alguna excepción.

Clotilde, viuda de Ceferino, falleció el pasado 19 de enero en Vigo con 103 años. Su breve esquela contiene un duro mensaje dirigido a su propia familia. Escueto pero contundente. El texto mortuorio pide «que no se molesten» en acudir a su funeral quienes no se preocuparon de ella en vida.

El mensaje no es extensivo a todos sus parientes porque la nota publicada en un periódico gallego recoge el nombre de cuatro hijos: Rosa, María del Carmen, Ceferino y María Victoria; también el de su hermana Venancia, nietos, bisnietos y demás familia.

Parecería una esquela al uso si no fuera por el mensaje final. Tras anunciar la hora y fecha del responso y sepultura, a pie de página, incluye esta aclaración: «Familia que no se ha preocupado en todos estos años, que no se molesten en venir».

Se desconoce si la propia anciana pidió incluir el aviso o fue cosa de los mencionados descendientes, pero la esquela recuerda a la de otro vigués, publicada en mayo de 2021. El texto es prácticamente idéntico, con la salvedad de que en aquella ocasión comenzaba con «hermanos y familia».

El pasado mes de junio, una vecina de Lugo también se despidió con un durísimo mensaje. Lo hizo siguiendo sus «principios» y «particular manera de decir las cosas» y revelando que hacía mucho tiempo que su familia no era la de sangre.

María Paz Fuentes Fernández quería que, a su despedida, tanto en la iglesia como en el cementerio, acudieran solo un número exacto y muy definido de personas. En el texto se podían leer una lista de quince nombres y tres puntos suspensivos. «Al resto de gente que jamás se preocupó durante mi vida, les deseo que sigan tan lejos como estuvieron», concluía.

• Temas
• sociedad
• Día de Todos los Santos