Así es la enfermedad que sufre la mujer de Will Smith

La mujer de Will Smith, Jada Pinkett, padece alopecia areata, una enfermedad de origen es autoinmune por la que el sistema inmunitario ataca y destruye por error los folículos pilosos sanos. Por esta razón, la comparación que hizo Chris Rock de en la gala de Pinkett con la teniente O´Neil, desencadenó una agresión que ha dado la vuelta al mundo.

Su enfermedad ha sido muy dura para la mujer de Will Smith, que en un principio trató de taparla con el uso de turbantes. No obstante, tras un proceso de adaptación, decidió mostrarse tal y como es. «Mucha gente me ha estado preguntando por qué llevo tantos turbantes últimamente. Bien, eso es algo de lo que no he querido hablar antes porque no es un tema sencillo, pero creo que tengo que hacerlo». De esta forma anunció Jada Pinkett en 2018 que tenía este problema.

La mujer del oscarizado actor no ocultó que para ella fue un trauma aceptar lo que le estaba sucediendo. «Fue terrorífico cuando comenzó. Un día estaba en la ducha y de repente tenía en las manos mechones enteros de pelo que se estaban cayendo… Cuando lo vi, me quedé temblando de miedo», explicó en aquel momento Pinkett.

Poco a poco, Jada Pinkett fue aceptando su enfermedad y a finales de 2021 afirmó en sus redes sociales que «esta alopecia y yo vamos a ser amigas… ¡punto!».

Y después de este desagradable y largo proceso, el humorista Chris Rock hizo una desafortunada broma, en una gala televisada para todo el mundo, que ahondó en la herida de la esposa de ganador del Oscar al mejor actor en 2002.

Pese a lo escandaloso de todo lo acontecido, este desagradable suceso ha servido para poner el foco sobre una enfermedad de la que existen más de cien tipos, aunque la más común en mujeres es la alopecia androgénica, de origen hormonal y genético.

Otro tipo de alopecias que también afectan a las mujeres son la alopecia frontal fibrosante, un tipo de calvicie cicatricial de origen autoinmune y hormonal en la que se suelen perder las cejas y presentar alopecia en la zona de la frente y patillas. No hay que confundirlas con el efluvio telógeno, una caída del cabello intensa, pero puntual causada por estrés físico o emocional, que es reversible, ya que el pelo volverá a crecer pasados unos meses.

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