Empanada terrestre

Ángel Sierra es cocinero en Sevilla pero nunca se había enfrentado al reto de elaborar un sándwich de estas dimensiones. Un segmento de la Tierra abrazado por unas rebanadas de pan. El planeta en medio de unas piezas de pan de molde. Todo ello hecho por dos personas, una en las antípodas de la otra, a la misma hora y en las coordenadas espaciales exactas. Un bocado de 12.714 kilómetros si ensartamos el globo terráqueo como si fuera una aceituna. Pero sus dos protagonistas estaban a unos 20.000 kilómetros de superficie terrestre de distancia.

Se podría llamar un emparedado de antípodas. Y la idea partió del estudiante de Informática en la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), Etienne Naude. A pesar de su juventud (19 años) llevaba tiempo, incluso años, dándole vueltas a la idea y buscando un cómplice en algún lugar al otro lado de la Tierra.

La cosa no es tan fácil, ya que el 70% de la superficie terrestre es agua. World Atlas establece que solo alrededor del 15% de las zonas terrestres son antípodas de otras tierras. Para una amplia mayoría de los habitantes del planeta, el equivalente en línea recta y al otro lado de la esfera es un chapuzón en algún océano.

Un riesgo que no tenemos en buena parte de España. Etienne comprobó que amplias áreas del sur de la península son su equivalente, con 12 husos horarios de diferencia. En estos cálculos, las tecnologías han llegado al rescate. Etienne estableció las coordenadas espaciales (longitud y latitud) de la playa de Bucklands, cerca de su ciudad, y las compartió en la red social Reddit.

«¡Hola, vivo en Auckland, Nueva Zelanda, quiero hacer una cosa llamada 'sándwich de Tierra'. Me preguntaba si habría alguien que viviera cerca de Sevilla que quisiera ser parte de esto y hacer la otra mitad del sándwich».

Al otro lado, estaba conectado Ángel Sierra, un chef de 34 años que trabaja en Sevilla. Tardó dos meses en contestar. «Hagámoslo», le respondió el español, que buscó el nexo cartográfico en otra herramienta digital, Túnel del otro lado de la Tierra (www.freemaptools.com/tunnel-to-other-side-of-the-earth.htm). «Era bastante difícil encontrar un lugar que no sea agua en el extremo de Nueva Zelanda y donde carreteras y caminos públicos se crucen a ambos lados», se temió Etienne al contar su éxito a varios diarios neozelandeses.

Por su parte, Sierra no tiene vinculación alguna con el mundo de las tecnologías pero decidió participar porque «cosas así pueden ayudar a mostrar cómo las personas pueden trabajar juntas en todo el mundo. Sentí que estaba haciendo algo más grande que yo».

Coordinación total

La logística fue más complicada de lo que pudiera parecer. Etienne y Ángel era dos desconocidos que debían sincronizar horarios, ubicaciones milimétricamente medidas y hasta el tipo de pan de molde con el que empanarían el suelo.

Mientras Naude apenas tuvo que moverse unos cientos de metros, hasta la playa de Bucklands, Sierra se desplazó hasta Olvera, en la serranía de Cádiz. «Nos aseguramos de obtener la ubicación exacta con Google Maps, para llegar a unos pocos metros de alcance –explica Naude en el portal 'RNZ'– y luego usamos los datos de imagen reales en la misma Google Maps para identificarnos aún más cerca».

Desde la parte austral, su mentor hizo un diseño artístico de la pared de un sándwich. Juntó 20 rebanadas y les hizo una decoración compartida con un cortador láser en que se ve el dibujo de un globo terráqueo abrazados por sendas rebanadas. Ángel Sierra fue más sencillo y apenas juntó nueve cortes de pan alineados de tres en tres.

El primer intento falló por poco. Tras la medición correcta, las revisiones demostraron que la latitud y longitud de ambos estaban a menos de 30 centímetros del punto opuesto.

Ambos inmortalizaron el momento y subieron a la Reddit sendas imágenes en las que se ve la hora exacta y las coordenadas superficiales de cada punto del planeta.

Etienne Naude, futuro informático, dijo que el experimento «había estado a la altura de las expectativas». El cocinero español llevó el curioso experimento a su terreno. Aseguró que era «el mejor sándwich que había preparado».

Pero ¿a qué sabe un tentempié de Tierra? «No es jugoso ni seco, ni demasiado picante ni suave, tiene todas las coberturas y todas las salsas. No puedo hacerlo mejor», bromeó Sierra. Hasta ahora desconocidos, entre ambos se ha abierto la amistad. Etienne ha invitado a su colega a visitar Nueva Zelanda. Es de suponer que compartirán menú con pan de molde.

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