Seis de cada diez titulados en FP logran trabajo en menos de seis meses

Uno de los grandes ganchos de la FP es su alta empleabilidad, que casi rivaliza con la de los graduados universitarios. La investigación ha permitido averiguar que seis de cada diez titulados en estos ciclos formativos tardan menos de seis meses en lograr su primer contrato. De hecho, según los entrevistados, 1.255 chicos de todas las autonomías, en los primeros tres meses tras finalizar los estudios ya trabajaba el 37% y más del 80% (el 82%) tenía nómina antes de que se cumpliese el primer año de su salida al mercado laboral.

La empleabilidad de estos estudios es especialmente precoz en los titulados de FP superior, entre los que cuatro de cada diez estaban ya trabajando en sus primeros tres meses como técnico superior. El 53% de los titulados en FP de grado medio y el 59% de los superiores estaban muy o bastante satisfechos con el empleo conseguido, más del 60% no veía riesgo de perder el trabajo a un año vista y más de la mitad pensaba que en los próximos doce meses podría mejorar su condiciones laborales.

El cambio de imagen de la actual FP en España es radical. Seis de cada diez jóvenes hacen una valoración muy positiva de esta formación, que además se eleva diez puntos, hasta el 69%, justo entre quienes mejor la conocen, quienes la han cursado. Son menos de uno de cada cinco los chicos y chicas que piensan que estos ciclos formativos son la salida de los malos estudiantes y, muy al contrario, rondan el 70% quienes sostienen que son unos estudios muy completos y de calidad. Casi siete de cada diez jóvenes ven en la FP una buena forma de especializarse laboralmente y de aprender un oficio de forma rápida y eficaz. De hecho, prácticamente la mitad, el 46%, piensa que cursar estos ciclos formativos, sobre todo los superiores, tiene incluso más salidas laborales que graduarse en la universidad.

Es este vuelco en la percepción el que explica el fuerte despegue de la FP en España en los últimos años. En la actualidad, los jóvenes que se forman en con estudios técnicos rozan ya los 1,1 millones, con un aumento de matriculaciones del 41% en solo siete años. El incremento de matriculados en los ciclos de grado medio es del 25% desde 2016, pero en los estudios superiores alcanza el 60%.

Son alumnos de FP el 39% de los chicos españoles que estudian segunda etapa de secundaria o educación superior y las perspectivas siguen al alza, porque hasta el 56% de los alumnos de la ESO preguntados por los investigadores dijeron que barajan continuar su formación a través de alguna de estas familias profesionales. No obstante, aún hay margen de mejora. En la UE, que nos lleva muchos años de ventaja en la apuesta por la formación de técnicos, los matriculados en FP suman diez puntos más que en España y son la mitad de los estudiantes medios y superiores.

El trabajo, no obstante, identifica dos aspectos en los que hace falta mejorar: la orientación temprana de los estudiantes y las brechas de género. Casi el 40% de los jóvenes entrevistados indicaron que habían recibido muy poca información y orientación para dirigir sus pasos a la FP durante sus estudios de primaria y secundaria. De hecho, contestaron que poca o ninguna.

El segundo déficit es que, aunque chicos y chicas se reparten hoy las matriculaciones casi al 50%, hay una fuerte segregación por género en muchas de las áreas de estudio. Solo el 9% de las alumnas de FP optan por Informática y Comunicaciones (los chicos las triplican) y solo el 1,2% elige Electricidad y Electrónica (ellos son siete veces más) y desproporciones semejantes se dan en Mecánica, Robótica o Automoción. Ellas, en cambio, son la inmensa mayoría en las áreas de Sanidad y Servicios Sociales, por ejemplo.

El problema es que el sesgo de género no parece que vaya a corregirse pronto, pues entre los preguntados los futuros alumnos masculinos de Informática, Mecánica, Robótica o Automoción son entre el doble y el triple que las mujeres. Entre las razones de este desfase están que el 24% de ellas vive como «espacios incómodos» los ciclos de FP muy masculinizados y que el 33% de todos los jóvenes opina que para superarlos las chicas tienen que «demostrar el doble» que sus compañeros. La consecuencia es que, con esta segregación, las jóvenes se alejan de parte de las profesiones más demandadas, con más futuro y con mejores sueldos.