Lanzar una mirada a la Prehistoria con un enfoque feminista permite descubrir que no es cierto lo que se ha venido contando desde hace siglos: en la Antigüedad, las mujeres guerreaban, viajaban, cazaban y dominaban la tecnología igual que los hombres. La arqueóloga Marga Sánchez ... Romero (Madrid, 1971), catedrática de Prehistoria en la Universidad de Granada y conocida divulgadora gracias a sus colaboraciones en el programa 'El condensador de fluzo' de La 2 de RTVE, explica que la verdad sobre el pasado solo puede saberse si se hacen las preguntas adecuadas. Y durante mucho tiempo no se hicieron. Tan solo se daba por supuesto que esas actividades eran privativas de los varones. Ahora, la imagen de la Prehistoria que tiene la inmensa mayoría de la población es la que transmiten las películas y los dibujos animados. «Y ahí están 'Los Picapiedra', que trasladan a la antigüedad un modelo idéntico al de los años sesenta en EE UU», explica. Lo hace con todo detalle, y mucho desparpajo, en 'Prehistorias de mujeres' (Ed. Destino) y también en esta entrevista.
- Usted desmonta tópicos: en la Antigüedad, las mujeres guerreaban, cazaban, viajaban y manejaban las herramientas como los hombres. ¿Ha habido que esperar a los avances de la Arqueología para demostrarlo?
- Lo que sucede es que nunca se había preguntado sobre ello. En la segunda mitad del siglo XIX, con los grandes descubrimientos arqueológicos, la desigualdad se traslada a la Prehistoria. Es lógico: quienes hacen esos trabajos son hombres de la élite intelectual y económica. Les preocupan el poder y quién lo sustenta y de qué manera. Por eso se construye una Historia en la que las mujeres no somos relevantes. Todo lo importante se atribuye a los hombres, porque las mujeres no contamos.
- Pero para la segunda parte del XIX ya habían cambiado muchas cosas en Occidente.
- Sí, algunos paradigmas habían cambiado mucho, pero seguían mirándose las mismas cosas. Es con el avance del movimiento feminista, en los años ochenta del pasado siglo, cuando empieza a hablarse de que muchos aspectos se han dejado fuera y se hacen preguntas nuevas, que es lo fundamental.
Inicio del retroceso
«Con la vida sedentaria, las mujeres perdieron capacidad para relacionarse»
- ¿Hay alguna zona del mundo que haya quedado a salvo de esa preponderancia masculina indemostrable con los datos en la mano?
-Ya casi no hay poblaciones que no estén contactadas en ningún lugar del mundo. Yo suelo decir que no hay demostración alguna de que haya existido ningún matriarcado en ninguna parte del mundo. En África hay sociedades en las que las mujeres han tenido mucho poder, pero cuando llegaban allí los europeos si en esa sociedad presentaban una interlocutora estos la rechazaban y pedían que hablara su padre, o su hermano. Hay muchas formas de organizarse. La desigualdad es una opción histórica, no una obligación.
- Usted dice que no hay matriarcados, pero Caro Baroja escribió mucho de eso en el caso vasco.
- Hay poblaciones matrilineales o matrilocales; es decir, la filiación familiar se transmite a través de las mujeres, o las parejas se asientan en el lugar del que son ellas. Así se asegura la descendencia, pero eso no da poder a las mujeres. Le pondré un ejemplo que puede ser delicado. En el cristianismo, la Virgen es un personaje importante. Pero no es el más importante, ni mucho menos.
Violencia y socialización
- Si las mujeres de la Prehistoria guerreaban como los hombres se derriba el tópico de que una sociedad dirigida por mujeres sería más pacífica...
- Las diferencias entre sexos son biológicas, las desigualdades son construidas. Para las mujeres, la violencia es una opción peor. Por eso socializamos de una forma diferente, usamos más la persuasión. No somos más pacíficas, hemos sido socializadas de otra manera. Pero cuando una mujer necesita ser violenta lo es.
- En la Prehistoria hubo una notable igualdad entre hombres y mujeres, ¿qué sucedió para que eso cambiara?
- Pasó que empezamos a producir y a tener excedentes. El problema surge cuando alguien tiene algo más que los demás y eso le da poder y capacidad de decisión. Así empiezan a surgir las desigualdades, y a la vez el discurso para justificar por qué algunos tienen más. Y a partir de ese momento, es irreversible. Eso sucede en grupos humanos y también entre hombres y mujeres. Sin olvidar que la sedentarización hizo que creciera la natalidad, con la consecuencia de que las mujeres perdieron capacidad para relacionarse, viajar o conocer la tecnología, algo que fue quedando en manos de los hombres.
- ¿Qué importancia tiene en la creación de esa desigualdad el hecho biológico indiscutible de que los hombres son más fuertes?
- No debería tener ninguna. Porque somos seres culturales. Mire lo que pasa con la caza. Las mujeres de la época tenían menos fuerza para arrojar una lanza. Entonces, comenzaron a usar propulsores. No es una fantasía: aparecen en muchas sepulturas. Es la tecnología lo que iguala, de la misma manera que ha conseguido que los humanos vivamos en cualquier lugar. Piense que salimos de África y hemos llegado a instalarnos en Alaska. La ciencia y la tecnología han permitido desde la Prehistoria matizar esas desigualdades debidas a lo físico. Así que la pregunta es: ¿por qué no se construyó una sociedad en la que el valor más alto fuera la maternidad? Si no se hizo, sería porque había otros intereses.
Estereotipos falsos
«La gente tiene una idea de la Prehistoria que parte de películas y dibujos animados»
- Acaba de adentrarse en la segunda parte de la pregunta. ¿Cómo ha condicionado las diferencias precisamente el hecho de que las mujeres paren?
- Es la gran diferencia biológica. Cuando interpretamos como pornografía figuras de hace 35.000 años estamos convirtiéndonos de nuevo en objetos.
- ¿Qué papel jugaron las religiones en todo eso?
- Sabemos poco de los rituales y las creencias en la Prehistoria. Va a ser complicado conocer la mentalidad de aquellos humanos. Pero las religiones han jugado un gran papel en la representación social. Mire, la Arqueología ha sido androcéntrica y eurocéntrica. La gente tiene una idea de la Prehistoria que parte de películas y dibujos animados. Lo que sucede es que llevamos nuestros estereotipos a la Prehistoria. Fíjese por ejemplo en la serie de 'Los Picapiedra'.
Prioridades
«¿Por qué no se construyó una sociedad en la que el valor más alto fuera la maternidad?»
- En su libro habla mucho del arte de la Prehistoria. Con el arte de los últimos siglos hay un debate acerca de si refleja la sociedad o la moldea. ¿Qué sucedía con el de la antigüedad?
- Lo llamamos artes, pero son formas de comunicación. Quienes hicieron esas figuritas o esas pinturas que ahora conocemos no eran como Velázquez o Rembrandt. Lo suyo es una forma de entender la realidad. Una forma en la que está participando toda la sociedad. En las venus antiguas, por ejemplo, hay una gran variedad de cuerpos y significan cosas diferentes. No olvidemos que tenían una conciencia del mundo distinta a la nuestra.
Igualdad
- ¿Había más de dos géneros en la Antigüedad? Si es así, no será fácil probarlo mediante los restos arqueológicos.
- Es difícil probarlo, sin duda. Pero no tengo duda de que había otros géneros en esa época. En todas las sociedades se ven formas de diversidad. Otra cosa es que las interpretaciones de los restos arqueológicos son múltiples.
- Habla mucho del trabajo de la casa (cocinar, cultivar, cuidar...) y de su falta de valoración en términos de PIB. Pero eso sería mucho mayor antes, porque ahora incluso una parte de esa tarea se hace mediante trabajo asalariado y por tanto contabilizable en términos económicos.
- Sí. Pero no pongo el foco tanto en que lo hagan mujeres como en su importancia económica. Como se preguntan algunas especialistas, ¿qué pasaría si se parara esa actividad durante una semana en todo el mundo?
- En el mundo de hoy las mujeres empiezan a padecer enfermedades más comunes en hombres, por el cambio en el estilo de vida. ¿Había diferencias en cuanto a la esperanza de vida en la Antigüedad?
- Podemos intuir algunas cosas. En la Edad del Bronce, un 50% de los bebés no llegaban a los tres años. Luego había otro pico de mortalidad entre las mujeres, relacionado con los partos. Aproximadamente un 10% de la población llegaba a los 60 años, con parecida proporción de hombres y mujeres. Todo era igual: el esfuerzo, el trabajo, la alimentación... La gente moría sobre todo por las infecciones.
Esperanza de vida
«En la Edad del Bronce, un 10% llegaba a los 60 años, igual hombres que mujeres»
- Cita informes internacionales que sugieren que la igualdad real tardará un siglo en llegar. Habrá quien piense que en términos históricos no parece mucho emplear cien años en romper con algo que se ha mantenido durante muchos miles.
- El feminismo es el movimiento que más ha revolucionado el mundo en el último siglo. Pero es cierto que hay otras mujeres en el planeta a las que les queda mucho para alcanzar lo que tenemos en Occidente. En todo caso, es un fenómeno imparable.
- Es una divulgadora de la Arqueología por muchos medios: no solo clases o libros, también programas de TV e, incluso, monólogos. ¿Qué importancia tiene difundir ese conocimiento de la Prehistoria mediante medios masivos?
- Siempre he estado convencida de que la divulgación ayuda a mejorar las sociedades, así que es preciso comunicar el conocimiento. Yo había dado algunas charlas a mujeres del ámbito rural y un día un compañero me dijo que había un concurso de monólogos científicos. Como me gusta salir de mi zona de confort me presenté con uno sobre Wilma Picapiedra y llegué a la final. De ahí di el paso a la tele y luego al libro.
- De 0 a 100, ¿qué importancia tiene la investigación y cuánta tiene la divulgación?
- Yo creo que un 65% la investigación y un 35% la divulgación. No se puede divulgar si antes no has generado conocimiento. Para divulgar hay que saber. Si no conoces aquello de lo que hablas es muy difícil. Pero yo no entiendo mi trabajo si no lo cuento. Eso es cerrar el círculo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.