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La Sociedad Micológica Segoviana advertía hace unos días de la proliferación de ejemplares de falsos níscalos (Lactarius chrysorrheus), especie tóxica habitualmente confundida con los 'verdaderos' (Lactarius deliciosus).
Aurelio García Blanco es presidente de la Asociación Vallisoletana de Micología y autor de varios libros. Afirma ... que, para diferenciar las setas, el mejor método es observar. «Los níscalos comestibles son reconocidos por su color zanahoria o color vinoso al cortarles la carne. Los falsos muestran una carne blanca al cortarla. Esta es la característica principal y más llamativa».
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También pueden diferenciarse por el color de las láminas. «Cuando ves un níscalo falso, puede dar la sensación inicial de ser un níscalo comestible incluso aunque seas un entendido, pero darle la vuelta puede ser clave para identificarlo rápidamente. Los níscalos comunes tienen láminas de color zanahoria o con manchas verdes, mientras que el falso presenta un color de lámina amarillenta u ocre».
Cortar la carne de la seta puede ser útil para despejar cualquier posible duda. «Si cortamos la carne, todos los níscalos comestibles van a tener un color de la carne al corte zanahoria o 'vinoso', y el resto van a tener carne blanca. La confusión es muy difícil».
Los 'falsos níscalos' son setas tóxicas, pero los perjuicios para la salud que pueden ocasionar no van más allá de problemas gastrointestinales que suelen desaparecer a los pocos días. Aurelio García afirma que «su toxicidad es muy moderada, por lo que no es necesario extremar precauciones».
Existen ciertos hábitats donde se pueden encontrar más comúnmente. Los níscalos comestibles crecen sobre todo en bosques de pinos, mientras que los falsos que podemos encontrar en la meseta siempre proliferan cerca de encinas. «El problema surge en las zonas de pinares salpicadas por encinas, por lo que, aparentemente, llegan a mezclarse, al ser especies asociadas a las raíces de los árboles, que a menudo se entrelazan».
Este año, según los expertos, ha sido peculiar por la cuantiosa proliferación de estas especies «Estamos observando que algunas setas relacionadas con las encinas, como los boletus amarillos, están apareciendo en los encinares en cantidades anormales en comparación con otros años. Posiblemente esto esté relacionado con la climatología que hemos tenido durante los últimos meses».
Aurelio recuerda algunos consejos indispensables para tener en cuenta antes de salir al campo, como respetar el medio natural y recolectar sin dañar el entorno. «No debemos rastrillar el terreno. Cuando nos vamos del campo no se tiene que notar que hemos estado allí.» Además, solo se debe comer si se conoce totalmente la seta y, ante la duda, «lo mejor es no consumir».
Para la gente de Valladolid, desde la Asociación Vallisoletana de Micología, los lunes se realizan identificaciones de setas desde las 19:00 en el Centro Cívico Zona Sur, en la Plaza Juan de Austria con el fin de orientar a la gente con sus propias recolecciones. «Este año está habiendo una gran proliferación de 'Amanita phalloides', una especie de seta altamente venenosa, común en las zonas de encinas y conocida como «el hongo de la muerte».
Para finalizar, «La seta en el campo no hace nada, podemos salir a buscarlas en la naturaleza o realizar fotografías, pero el problema real deriva de su ingesta», concluye Aurelio.
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