Diez consejos de la DGT para no dormirse al volante este verano

Los meses de julio y agosto son los que se cobran más víctimas en los accidentes de tráfico durante el año según la DGT. La época estival invita a los desplazamientos y a disfrutar del verano en las zonas de costa. Trayectos más largos de lo habitual que, sumado al cansancio provocado por el calor, pueden influir en un mayor número de siniestros. Para evitar que esto suceda, y reducir al máximo cualquier incidente, el organismo comparte diez consejos para «sobrevivir al volante este verano»

Antes de realizar un viaje largo, duerme lo suficiente. La somnolencia interviene, directa o indirectamente, en entre el 15 y el 30% de los accidentes de tráfico en España. El sueño es uno de los mayores enemigos que tiene el volante, y para evitarlo, la DGT recomienda mantener unos hábitos de descanso adecuados y si aparece el sueño, parar a dormir en un lugar adecuado unos 20-30 minutos.

Las comidas copiosas y sobre todo el alcohol son dos de los peores enemigos a la hora de realizar un viaje en coche ya que aumentan la fatiga y el sueño al volante. Una inadecuada alimentación no solo favorece la somnolencia sino que disminuye los reflejos, ocasiona molestias digestivas (ardores, pesadez, flatulencia, náuseas y posibles vómitos) e induce a la aparición de otros síntomas como mareos, sudoración o dolor de cabeza entre otros.

La posición que tomas en el asiento a la hora de conducir debe permitir al conductor tener el espacio necesario para manejar el volante con comodidad: los brazos ligeramente flexionados y las piernas deben quedar semiflexionadas. La inclinación idónea del respaldo debe ser casi vertical, así la postura será cómoda y evitará dolores de espalda y fatiga prematura. Por otro lado, la parte trasera de la cabeza debe quedar sobre el centro del reposacabezas para evitar un 'latigazo cervical'.

Comprueba si los medicamentos que tomas afectan a la conducción. Debe prestar especial atención a los siguientes efectos adversos de los medicamentos que esté utilizando: somnolencia, dificultad de concentración, visión doble o borrosa, sensación de vértigo, disminución de reflejos, falta de coordinación o desvanecimientos y mareos. Siempre que comience a tomar un nuevo medicamento, pregunte al profesional sanitario sobre los riesgos de conducir mientras dure su tratamiento y consulte el prospecto.

Mantén una temperatura entre 20 y 22 grados dentro del coche. Conducir con un exceso de calor dentro del vehículo aumenta hasta el 20% el riesgo de sufrir un accidente, por eso es recomendable adecuar la temperatura en la medida de lo posible. Además del aire acondicionado o el climatizador, en las paradas es recomendable aparcar el coche a la sombra para que el habitáculo del coche no alcance una temperatura demasiado elevada.

Una conducción continuada puede producir cansancio y fatiga, y la monotonía produce falta de atención. Por ello, la DGT recomienda descansar cada dos horas o aproximadamente cada 200 o 300 kilómetros recorridos para estirar las piernas y relajarse. Realizar una para de 10 o 15 minutos aliviará de manera considerable el hartazgo del trayecto.

En las paradas, la DGT recomienda bajar del coche a estirar las piernas y el cuello con la finalidad de reanudar el viaje más descansado. Con esos estiramientos, se reduce el riesgo de dolor cervical y de las articulaciones, y permite continuar el trayecto con mayor tranquilidad

Mantenerse hidratado, especialmente en verano y en viajes largos, también es importante. La falta de líquidos provoca, entre otras cosas, una reducción de la atención, dolor de cabeza y cansancio muscular. Un nivel bajo de hidratación y glucosa aumenta en un 66% la agresividad al volante, provoca un 33% más de salidas de la vía y reduce la concentración en un 27%. De hecho, tal y como señala la DGT, los conductores que viajan con un nivel de hidratación insuficiente comenten los mismos errores que los que lo hacen bajo los efectos del alcohol.

La DGT recomienda programar los desplazamientos a primera o a última hora ya que así se evitarán los momentos de mayor temperatura. Esta recomendación disminuirá la fatiga producida por el calor y asegurará un trayecto más cómodo durante la conducción.

El alcohol es uno de los factores de riesgo más frecuentemente implicados en los accidentes de tráfico, de hecho, está presente entre el 30% y 50% de los accidentes mortales. El alcohol da lugar a pérdida de control, disminuye la percepción de riesgo, modifica el comportamiento y deteriora la función psicomotora, todo ello altera la capacidad para conducir un vehículo. A medida que aumenta la cantidad de alcohol en el organismo, lo hace el riesgo de accidente.

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