Los consejos de la DGT para usar correctamente los frenos

Circulando en condiciones normales, el freno debe utilizarse en su justa medida, con suavidad y aplicando la presión necesaria. Una conducción tranquila, sin grandes cambios de aceleración ni frenazos, evita la sobrecarga del sistema y hace una marcha más segura y cómoda para los ocupantes. Por el contrario, abusar del freno acelera el desgaste de las pastillas y discos de freno.

A medida que nos acercamos, debemos dejar de acelerar para adaptar la velocidad y pisando el freno aumentando progresivamente la intensidad mientras reducimos de marcha para evitar que el motor de tirones.

También debemos aprovechar la distancia que tenemos para dosificar la frenada en lugar de dar un 'zapatazo' al freno al final.

Durante la aproximación a la curva debemos adecuar la velocidad, tocando el freno y reduciendo a una marcha más corta si fuera necesario, de tal forma que solo manteniendo la velocidad y moviendo el volante con suavidad podamos seguir la trazada correcta. Si hemos realizado todos los pasos previos de manera correcta, al final de la curva podremos acelerar suavemente para ganar estabilidad en la salida. En cambio, si llegamos a la curva a una velocidad inadecuada, frenaremos dentro de la curva y, al superar el límite de adherencia, es físicamente imposible seguir la trazada correcta.

Sin embargo, debemos asegurarnos de que la maniobra sea segura y no provoque riesgo de alcance con otro vehículo que circule detrás. Por tanto, la forma segura para abandonar estas vías es tomar el carril de deceleración desde que este comienza, y una vez nos encontremos completamente dentro de él, comenzar a reducir la velocidad.

En esta situación, debemos avisar al conductor de detrás «Con toques suaves y reiterados del pedal, sin disminuir la velocidad pero apoyando el pie lo necesario para encender la luz de freno» explica Juan Ignacio Serena. «Para valorar correctamente el riesgo, debemos observar siempre varios vehículos más allá, no quedarnos en la matrícula del que llevamos delante» añade.

A pesar de esto, ante una situación que nos sorprende al volante, es muy importante saber reaccionar de la forma correcta. Para realizar una frenada de emergencia, el conductor debe pisar el pedal de freno a fondo (y el embrague, si es manual) sin aflojar la presión aunque vibre el sistema ABS.

«En una frenada sorpresiva debemos aplicar toda la potencia de frenado sin contemplaciones ni asustarnos, los vehículos de ahora frenan mucho y bien» afirma Serena.

Para bajar un puerto de montaña, debemos saber adaptar nuestra velocidad y forma de conducir a las características de estas carreteras y sus posibles condiciones climáticas.

Pero, independientemente de las condiciones atmosféricas, la forma en la que debemos proceder por estas carreteras es a una velocidad adecuada y utilizando el freno de forma moderada en todo momento. Por tanto, al aproximarnos a una curva debemos tocar el freno (suavemente) y manteniendo una velocidad adecuada. Al salir de ella, cambiaremos a marchas más largas, «Frenar en exceso bajando un puerto de montaña puede sobrecargar el sistema de frenado y provocar la pérdida de eficacia por calentamiento y hacernos salir de la curva» explica Juan Ignacio Serena. La señalización vertical indica tanto el sentido del giro como la inclinación en tramos con más pendiente, por lo que estar atentos a las señales también es muy importante.