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Qué es el sistema 'alcolock' para los vehículos

La Unión Europea y la Dirección General de Tráfico (DGT) propusieron hace meses la obligatoriedad de preinstalar los sistemas ADAS en los vehículos nuevos, con el fin de reducir los siniestros y los fallecidos en las carreteras españolas. Entre estos métodos, la Comisión Europea seleccionó ocho: el sistema de velocidad, la cámara trasera, el detector de fatiga y somnolencia, la alerta de cambio involuntario de carril, los sistemas de frenada de emergencia BAS y EBA y el 'alcolock'.

Este último sistema consiste en un alcoholímetro incorporado en los vehículos. El conductor soplará por la boquilla y el aparato analizará la tasa de alcohol en aire aspirado. En caso de que la tasa supere el límite permitido, se bloqueará la puesta en marcha impidiendo que el motor arranque. El dispositivo contiene una pantalla con una memoria de 10.000 pruebas, que almacena todos los datos obtenidos.

Además, dispondrá de unos sensores para evitar que se eluda el control a través de dispositivos mecánicos. Incorporará una tecnología que identificará las huellas dactilares, pupilas, detección facial o fotografías digitales para identificar al usuario que utiliza la prueba y evitar fraudes.

El marco legal de instalación de este nuevo sistema de seguridad vial aún debe ser moldeado para implantar su obligatoriedad, por lo que la Unión Europea únicamente incita a disponer de la preinstalación desde el año pasado, con el fin de que facilite la colocación del mismo cuando se modifique el reglamento. La legislación de cada país será la encargada de regular en qué casos se debe usar inmediatamente.

El objetivo principal del Parlamento Europeo con este proyecto es reducir a cero las muertes por accidente de tráfico para 2050, mediante la introducción de unos asistentes electrónicos en todos los vehículos que aumenten su seguridad y se implementen como equipamiento de serie obligatorio.

Las muertes por conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas preocupan a las autoridades, que buscan nuevas medidas para reducirlas a corto-medio plazo. Los datos del Instituto Nacional de Toxicología indican que el 45,5% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico en 2019 dieron positivo en alcohol, drogas y/o psicofármacos cuando se les realizó la autopsia.

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