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El Norte
Viernes, 2 de julio 2021, 10:10
Mary McCarthy, natural de Nueva Zelanda, llevaba casi cuatro décadas con dolor en la fosa nasal derecha y problemas para respirar. Ya se había acostumbrado a convivir con estas molestias hasta que llegó la pandemia de la covid-19 y tuvo que someterse a una PCR. A partir de ese momento sus problemas se agravaron de tal modo que ya no pudo soportarlo más. Tras acudir a varios especialistas la diagnosticaron una afección crónica de los senos nasales. Un día, tras acabar su turno en el hospital donde trabaja, decidió acudir directamente a emergencias. Allí, una tomografía computarizada mostró un pequeño objeto alojado en su nariz que los médicos lograron extraer mediante una operación. Se trataba de una ficha de 'Tiddlywink', algo así como el parchís. Al parecer, la prueba PCR provocó que esa pieza se desprendiera y causó una infección.
Según relató McCarthy al medio Stuff, fue cuando tenía 8 años cuando, jugando con sus siete hermanos a lanzar esas piezas con la nariz, colocó aquella pieza en su orificio nasal y la inhaló «accidentalmente, en lugar de soplarla». Se asustó tanto que decidió no contárselo a su madre y pronto olvidó lo ocurrido. Hasta ahora.
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