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antonio paniagua
Jueves, 19 de diciembre 2019, 08:29
Daniela Vega es la primera actriz transexual en participar en la presentación de una gala de los Oscar. Esta chilena de 30 años protagonizó 'Una mujer fantástica', que se alzó el año pasado con el premio a la mejor película extranjera en el acto de entrega de los galardones que concede la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas. En la ceremonia, Vega introdujo al cantante Sufjan Stevens, quien interpretó el tema 'Mistery of Love'. Fue una noche de consagración, en la que notó la calidez de los amigos y el público, muy diferente del «inclemente invierno» que fue su infancia y adolescencia. En su niñez pasó por tres colegios en los que sus compañeros le destrozaban los cuadernos, le escupían, insultaban y golpeaban. Sus padres la apoyaron cuando les anunció que dejaba de ser David para empezar a ser Daniela, un proceso que comenzó a los 14 años. A la cantante lírica e intérprete le disgusta ser vista como un icono trans. «El género no debe ser impuesto por otros, es una decisión personal», aseguró Vela en vísperas de pronunciar una conferencia en La Casa Encendida de Madrid.
Teatro Trabajó como peluquera en un salón de belleza. Durante sus ratos libres asistió como oyente a clases de teatro. Su debut en las tablas se produjo en 2011 al interpretar 'La mujer mariposa', obra basada en su propia vida.
Debut en el cine Interpretó su primer papel en el cine con 'La visita' (2014), de Mauricio López Fernández.
Oscar Protagonizó el filme 'Una mujer fantástica', galardonada un año después con el Oscar a la mejor película extranjera. La cinta triunfó en los Goya y en la Berlinale.
Cuando era un crío detestaba jugar con coches. En cambio, se quedaba absorto observando cómo se maquillaba su abuela. Salvo las películas de Almodóvar o la presencia de la Veneno o Bibiana Fernández en televisión, el mundo transexual permanecía oculto en el Chile de los años noventa. No había instituciones ni asociaciones que asesoraran a los afectados. Cuando dio con un libro que hablaba abiertamente sobre el asunto, no tuvo ninguna duda de que era un trans. Eso sí, siempre encontró comprensión en su familia. No en balde, fueron sus padres quienes le regalaron sus primeros artículos de maquillaje. A su madre no le costó demasiado aceptar la condición de su hija, aunque su padre, Igor, se mostró renuente durante un tiempo. Sin embargo, al final acabó asumiendo su nueva identidad. Una vez, estando los dos en una tienda de ropa, le indicó: «Hija, allá están los probadores de mujeres». Ahora Igor es inseparable de su hija y la acompaña en cada viaje. Es, de hecho, su mejor confidente. Llegó incluso a comparecer en una comisión mixta del Parlamento chileno para hablar de las vicisitudes por las que pasan los niños y jóvenes trans.
Casi por casualidad un amigo la llevó a la Universidad de Artes y Ciencias Sociales (Arcis) para que acudiera a las clases de teatro en calidad de oyente. Acababa de superar una depresión de caballo y de repente descubrió que las artes escénicas la apasionaban y ejercían un efecto terapéutico en su ánimo.
'Una mujer fantástica', cinta dirigida por Sebastián Lelio y escrita por Gonzalo Mazo, arrasó allí donde se exhibió. Además de ganar un Oscar, antes ya se había hecho acreedora de un Goya a la mejor película iberoamericana y un Oso de Plata por el mejor guion en Berlinale. Premios todos ellos que abrieron las puertas al equipo para ser recibido por la entonces presidenta de su país, Michelle Bachelet.
Elegida por la revista 'Time' como una de las personalidades más influyentes del mundo, la actriz no se considera ejemplo ni referente de nada. Pese a ello, Vega ha hecho uso de su ascendiente en Chile para impulsar la aprobación de una ley de identidad de género que a su entender adolece de graves lagunas. En este sentido, la actriz estima que la norma no concede protección a los niños trans ni cobertura médica para realizar reasignación de sexo.
La joven Daniela se salvó de lo peor de la dictadura de Pinochet, aunque vivió en un país donde no estaba permitido ni siquiera el divorcio y el cambio de sexo era una extravagancia. La sombra del general, entonces ya convertido en senador, seguía siendo omnipresente. Aparte de sus padres, Victoria, su abuela paterna, le transmitió el amor por la música clásica. Gracias a ella descubrió que su voz era de una 'mezzosoprano'.
Al principio no estaba en los planes ni del director ni del guionista que Daniela Vega encarnara a Marina, una camarera transexual aspirante a cantante y que mantiene una relación con un hombre 20 años mayor que ella. Lelio estaba indagando sobre aspectos de las mujeres transgénero cuando contactó con Daniela para recibir buenos consejos. Al cabo de un par de meses eran tan amigos que Lelio le ofreció el papel estelar en la película que se aprestaba a rodar.
Acaba de publicar su autobiografía, 'Rebeldía, resistencia y amor' (Planeta), libro en el que refiere que su lucha, además de personal, tiene un cariz político. De ello se percató con amargura cuando los diputados evangélicos en el Congreso dieron a conocer su certificado de nacimiento, de modo que desvelaron su primer nombre, el de de varón. «Usaron mi nombre y lo pegaron en la plaza pública, como los pósteres de los 'westerns'», denuncia.
No tiene opinión sobre el hecho de que personajes transgénero en el cine hayan sido interpretados por actores cisgénero (aquellos en los que la identidad de género corresponde con el sexo que han nacido) como Felicity Huffman en 'Transamerica' o Eddie Redmayne en 'La chica danesa'. «Para eso tendría que ser directora de 'casting' y no lo soy», asegura una Daniela Vega que ayer era reclamada por las televisiones.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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