Los cuatro mitos sobre los coches eléctricos

La Asociación Española de Fabricantes de Vehículos y Camiones (ANFAC) sostiene que las ventas de vehículos eléctricos han aumentado un 20% en 2022 respecto al año anterior, pese a que aún solamente representan un 8% del parque nacional de automóviles. Esto supone que se fabricaron unos 85.000 coches eléctricos nuevos.

Esta nueva alternativa se va consolidando con el tiempo y la creación de nuevas estaciones de recarga está en auge en las ciudades españolas. Asimismo, las nuevas normativas sobre zonas de bajas emisiones favorecen que los conductores se planteen cambios de vehículos a corto plazo. Sin embargo, esta forma de movilidad sigue generando dudas, mitos y falsas creencias entre la población.

Las mayores preocupaciones de los conductores españoles, según la Dirección General de Tráfico, son su huella ecológica, la escasez de puntos de recarga, la variedad limitada de modelos o la seguridad.

El alto precio de los vehículos eléctricos es el obstáculo principal a la hora de dar el paso de cambiarse a ellos, aunque los expertos aseguran que este coste elevado se debe a que los fabricantes han optado por modelos de sectores altos. Asimismo, aseguran que en un futuro los precios entre ambos tipos serán imperceptibles, ya que los de combustión aumentarán con la nueva normativa de bajas emisiones. El 44% de los conductores cree que el coste de mantenimiento y reparación es mayor, sin embargo, los expertos afirman que tienen menos piezas y fluidos que los de gasolina o diésel.

El uso de energía limpia que producen los coches eléctricos se contrapone con el impacto ambiental que generan las industrias que se dedican a su fabricación, aunque realmente todos los vehículos provocan mucho impacto durante su producción, ya que se utilizan materiales contaminantes como acero, caucho, vidrio, plásticos o pinturas, entre otros.

En cambio, entre el 80 y el 90% de su impacto medioambiental se debe al consumo de combustible y sus emisiones, por lo que un vehículo eléctrico generará un 40% menos de gases contaminantes tras 320.000 kilómetros recorridos.

La capacidad de autonomía tiene dos aspectos: la cantidad de energía que puede acumular (número de kilómetros que recorre tras una carga) y la pérdida progresiva de capacidad de almacenamiento. En cuanto al primer punto, los nuevos vehículos eléctricos tienen una capacidad para recorrer 400 kilómetros. En cuanto al segundo aspecto, una futura normativa obligará a los eléctricos e híbridos a garantizar un 80% de la capacidad de la batería durante cinco años y un 70% a los siete.

En España, existen unos 20.000 puntos de recarga para vehículos eléctricos de uso público, por lo que se recomienda de momento poseer una estación en casa o en el trabajo para cargarlo diariamente. Los sistemas de cargas públicos son cada vez más rápidos y eficientes, por lo que se puede llenar la batería del 10 al 80% en un tiempo de 20 a 40 minutos. Otra preocupación de la población relacionada con la recarga de los vehículos es que su auge lleve a terminar con la capacidad de producción de energía.

Los vehículos eléctricos son seguros en momentos de colisiones, lluvia o tormentas, incluso cuando se encuentran conectados a la red eléctrica. En un periodo de diez años, únicamente catorce vehículos de los diez millones que había en el mercado explotaron tras sufrir un accidente de tráfico. Asimismo, están configurados para que la carga de los rayos pase directamente al suelo sin causar daños en los pasajeros y sus sistemas electrónicos están sellados para permitir que se carguen en momentos de lluvia y que se introduzcan en los túneles de lavado. En momento de recarga, los pasajeros pueden situarse en el interior sin ningún peligro, ya que tienen la capacidad de transmitir la corriente a la batería sin causar daños.

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