Con los precios de los alimentos en una espiral de crecimiento que parece no tener fin, llenar la cesta de la compra se hace cada vez más cuesta arriba incluso cuando se trata de adquirir los productos más básicos y de consumo diario. La inflación se nota en los bolsillos de los ciudadanos ... y eso está influyendo directamente en sus hábitos de consumo tal y como muestra un informe elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios.
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Los españoles estamos optando por comprar y por ende consumir menos alimentos tan básicos como el pescado, la carne o el aceite, que tratamos de sustituir por otras opciones más económicas.
De hecho, en los últimos doce meses el precio de la alimentación ha subido más de un 10% en términos generales, cifra que aumenta hasta un 24% si nos fijamos en la evolución desde hace dos años. Tras el análisis entre más de 1.500 usuarios y analizando seis grupos de alimentos básicos (aceite de oliva, carne, pescado, verduras, frutas y lácteos), más del 80% de las personas respondieron afirmativamente a la pregunta sobre si el alza de precios había influido a la hora de comprar menor cantidad o adquirir alternativas de peor calidad al menos en uno de los seis productos básicos mencionados anteriormente.
El 23% de la muestra seleccionada para el estudio asegura haber incluso cambiado sus hábitos de los seis productos -carne, pescado, aceite de oliva, fruta, verdura fresca y lácteos- y solo el 16% afirma no haber modificado sus hábitos respecto a ninguno de ellos.
El pescado es el producto más afectado por el consumo respecto a la subida de precios, ya que un 60% compra ahora menor cantidad de pescado que hace un año y casi el 20% opta por comprar pescados de menor calidad. También el consumo de carne se ha visto afectado por la tendencia alcista y la inflación de los precios en los lineales del supermercado, un 54% ha optado por reducir su consumo y en cuanto al aceite de oliva, uno de los productos que más se ha encarecido, el 53% asegura que consume ahora menos aceite de oliva que el pasado año.
La fruta y la verdura no se libran del descenso a la hora de llenar el carro, ya que son la mitad los que consumen menos fruta y verdura. Por último, del grupo de alimentos analizado, los lácteos son los menos damnificados en cuanto a su consumo por el incremento de la inflación, puesto que el 30% de los hogares compra ahora algo menos que el año pasado.
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¿Cómo se hace la compra? Este informe refleja además que una parte importante de las personas que han participado en el análisis de la tendencia de consumo han decidido consumir alternativas de menos calidad, por ejemplo compran aceite de oliva básico en vez de virgen o virgen extra, optan por carnes más baratas como conejo o pollo en vez de ternera, jurel en vez de atún, compran más lácteos y frutas y verduras de temporada o de menor calidad con unos precios más ajustados.
Asimismo, los congelados suponen un aliado a la hora de contar con opciones baratas sobre la mesa, ya que las verduras congeladas son mucho más económicas que las frescas (de media un 44%), y lo mismo sucede con el pescado. Eso sí, cada vez se miran y se comparan más los precios para dar con el supermercado más barato que puede traducirse en un alivio para el bolsillo a la hora de hacer la compra semanal.
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