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Las bajas temperaturas durante las noches en las zonas interiores de España, como Castilla y León, provocan que se forme una capa de hielo en las lunas de los coches. Llegar al vehículo por las mañanas, con prisa para entrar a trabajar o a clase, y encontrarse el cristal cubierto no es plato de buen gusto. El recurso que primero se le pasa por la cabeza al conductor es accionar la calefacción o rociar el parabrisas con agua cliente, pero esto puede provocar una rotura de la luna por la diferencia brusca de temperatura.
Accionar los limpiaparabrisas y echar agua, ya que se pueden estropear las escobillas y el motor del limpiaparabrisas.
Echar agua caliente o encender la calefacción con el motor ya caliente, debido a que el cambio brusco de temperatura puede provocar una rotura del cristal.
Echar sal, ya que evita la congelación, pero no se encarga de descongelar. Además, puede arañar el cristal y deshace la chapa.
Antes de que comience la época de heladas, nevadas y lluvias, es importante mantener en buen estado los parabrisas y las escobillas. Se recomienda sustituirlos al menos una vez al año, ya que no limpian correctamente la superficie y provocan falta de visión. Además, debe rellena el depósito del líquido limpiaparabrisas con una sustancia anticongelante para que no se congelen los manguitos y se obstruyan los pulverizadores.
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Numerosos trucos caseros, como pasar una patata pelada por el cristal, cubrirlo con una mezcla de agua y vinagre, etc., son efectivos cuando el vehículo tiene que pasar las noches en la calle y se producen heladas. Sin embargo, la opción más rápida y eficaz es cubrir la luna con una manta o un cartón para evitar la formación de hielo y que las escobillas se adhieran al cristal.
Arrancar el motor, conectar la calefacción con el ventilador al máximo y dirigir el flujo de aire hacia la luna. No esperar a que el motor esté caliente para encender la calefacción, ya que provoca un cambio de temperatura más brusco.
Utilizar un producto descongelante.
Regar el parabrisas con alcohol, ya que tiene un punto de congelación inferior al agua. Pero nunca utilizarlo para llenar el depósito de líquido limpiaparabrisas.
Rascar el hielo pegado al cristal con una raqueta de plástico o, en su ausencia, con una caja de CD o una tarjeta de plástico. No utilizar utensilios que puedan arañar el cristal.
Accionar el limpiaparabrisas y los dosificadores de líquido para dejar completamente limpia la luna una vez se ha rascado el hielo.
Retirar el hielo también del sistema de iluminación, aunque en algunos vehículos se deshace con simplemente accionarlos.
Aparte de las funciones evidentes de mejorar la visibilidad, el parabrisas tiene otras funciones de seguridad muy importantes: se encarga de soportar hasta un 30% de la estructura del vehículo, no permite que el techo se hunda cuando suceden accidentes, el 'airbag' del copiloto depende directamente de su estado y, por último, tiene instaladas la mayoría de las cámaras del sistema de seguridad ADAS.
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