Navidad 2024

Cinco consejos prácticos para sobrevivir a las comilonas navideñas

Se avecina tiempo a destajo en comidas y cenas de Navidad y eso suele traducirse en excesos de calorías y alcohol. Se come y se bebe más bajo el amparo social de las celebraciones familiares, laborales o las quedadas con amigos y desde la Sociedad Castellano y Leonesa de Endocrinología, Diabetes y Nutrición recuerdan unos consejo práctico para que las celebraciones navideñas no pasen factura a la salud.

El objetivo es disfrutar de la compañía sin llegar a enero acumulando kilos y con el colesterol o la glucosa por las nubes.

El primer paso para sobrevivir a las comilonas es comprar con cabeza: primar alimentos de la dieta mediterránea y no adquirirlos en cantidades industriales. Y el segundo, elegir preparados saludables. Optar por elaboraciones al vapor, al horno o a la plancha y evitar los fritos y los rebozados.

Desde la Sociedad Castellano y Leonesa de Endocrinología, Diabetes y Nutrición inciden en lo que las celebraciones navideñas invitan al consumo de alcohol. Los especialistas recomiendan moderación y para ello es necesario tener en cuenta que si hay aperitivo previo a la comida o la cena, habrá que restringir la ingesta de alcohol en al menos una de las dos etapas. Todo suma y lo saludable es consumir cero de alcohol o en su defecto una ingesta bastante moderada. Si se bebe en el vermú, volver al modo abstemio en la comida o viceversa.

Los especialistas recomiendan no saltarse las comidas, ya que lo ideal no es compensar el exceso sino prevenirlo. Saltarse alguna de las comidas puede generar más hambre de cara a la siguiente cita en la mesa y esto puede conllevar un plus de ansiedad y comer más cantidad. El esfuerzo de la abstinencia puede desembocar en un efecto rebote y atracón posterior. «De ahí la importancia de planificar las comidas, y en vez de omitir una de las ingestas realizarla de manera menos copiosa», remarcan desde la sociedad de Endocrinología.

Esta es una época en la que los reyes del postre son turrones, mazapanes y roscones, un culto al azúcar en un ambiente dulce que se extiende todo el día desde las bandejas que asaltan al comensal en cocinas y salones. «Uno no puede consumir lo que no tiene en casa«, precisan desde la asociación autonómicas de Endocrinología, por lo aconsejan no comprar dulces navideños en cantidades excesivas y limitar su consumo a los días festivos. El primer paso para lograrlo es no mantener la bandeja expuesta y repleta a diario entre Nochebuena y Reyes.

Y del plato, al zapato. De la cocina y la mesa, al ejercicio físico. Los especialistas resaltan la importancia de desarrollar una actividad física. Es bueno caminar, pero más un ejercicio que implique esfuerzo a los músculos. Algo necesario siempre, no solamente de cara a estas fiestas. Sí inciden en que quienes tienen rutinas de gimnasio o de ejercicio físico deberían no interrumpirlas en estas fechas festivas.

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