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Según la OMS la depresión afecta a 300 millones de personas en todo el Mundo. Según un estudio publicado en la revista EPJ Data Science las fotos que se publican en redes sociales pueden mostrar la salud mental de los usuarios. El análisis llevado a ... cabo con algoritmos de las publicaciones de Instagram demuestran su hipótesis con un éxito de detección de la depresión del 70%.
Mediante la creación de un programa se ha conseguido una mayor efectividad a la hora de diagnosticar depresión a las personas que los psiquiatras, un 42% de casos sin usar escalas o métodos de diagnóstico, frente al citado 70% que arroja el estudio.
En el experimento desarrollado por la Universidad de Vermont y Harvard se analizaron 166 usuarios de Instagram, en total 43.950 fotografías en las que se incluyeron a 71 personas con depresión diagnosticada.
Las conclusiones muestran que las personas con depresión suben fotos más oscuras, no se usan filtros (y se hace son en blanco y negro) y se muestran más la cara. Mediante el algoritmo se analizó y comparó las fotos de sujetos sanos con sujetos deprimidos. Esta información fue utilizada para ver si se podía predecir quien sufría depresión antes de ser diagnosticados.
El doctor Andrew Reece, de la Universidad de Harvard y coautor del trabajo, ha declarado a CBS News que «los individuos con depresión en nuestro estudio suben fotos que son más azules, oscuras y grises en comparación con las publicaciones de los participantes sanos».
«Nuestros resultados sugieren que la depresión hace, literalmente, que la gente vea su mundo a través de unas lentes oscuras»«el programa aún necesita muchos ajustes», añadió Reece.
Para los investigadores es un trabajo preliminar que necesita ser probado con más sujetos para poder afinar más el algoritmo para identificar con mayor seguridad los casos de depresión. El verdadero propósito de esta línea de investigación en tratar de evitar el suicidio. Según la OMS cada año se suicidan cerca de 800 000 personas, una cifra muy elevada y que necesita una prevención más eficaz y adaptada a las nuevas tecnologías.
Uno de los mayores inconvenientes que se plantean es la privacidad de los datos y el uso que se tenga de ellos. Al principio del estudio más de 500 personas se presentaron como sujetos. Muchos de ellos abandonaron por no consentir compartir los datos de las redes sociales. El uso de los datos y la forma de almacenarlos hace que haya que pensar en quien puede acceder a ellos y sobretodo que no se puedan compartir ni vender.
Ayudar a millones de personas a combatir la depresión y, posiblemente, evitar algunas muertes es la finalidad a la que aspira este estudio, que seguramente facilite a los especialistas el diagnóstico precoz y poder actuar de forma más rápida y eficiente.
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