¿Qué es el equilux y en qué se diferencia del equinoccio?
Astronomía ·
Anticipándose al equinoccio llega como cada año el equilux, el día en que tenemos 12 horas de día y otras 12 de nocheAstronomía ·
Anticipándose al equinoccio llega como cada año el equilux, el día en que tenemos 12 horas de día y otras 12 de nocheHoy es el equilux de primavera, una fecha coloquialmente entendida como la cuenta atrás para el verano. A partir de ahora, las horas diurnas empiezan a ganarle la partida a la de la noche. Y es que, aunque se tiende a pensar que en el equinoccio el día y la noche tienen las mismas horas, no es así, la fecha en la que esto sucede se denomina equilux.
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Este año, en la península ibérica y Baleares, el equilux es hoy, el 17 de marzo, una jornada en la que habrá 12 horas de luz diurna y 12 horas de noche. Cada año los equiluxes ocurren unos días antes del equinoccio de primavera y los días después del equinoccio de otoño. Además, el día exacto depende de la latitud del planeta en la que te encuentres.
El equinoccio de primavera, en el hemisferio norte, tendrá lugar el lunes que viene, el 20 de marzo, a las 21:25 horas. En astronomía, esta fecha marca el primer día de la estación en la que vuelven las temperaturas más cálidas y el campo empieza a florecer.
Los equinoccios ocurren cuando los hemisferios de la Tierra no están inclinados hacia o al contrario del Sol. Es decir, el Sol se encuentra directamente sobre el ecuador, y ambos hemisferios reciben una cantidad de luz solar. Después de este día, el hemisferio norte se inclina más cerca del Sol, lo que significa que habrá más horas de luz diurna.
La explicación de que el equilux no coincida con el equinoccio y dependa de la latitud se debe a dos razones fundamentales: el efecto de la refracción atmosférica y el tamaño no puntual del disco del Sol.
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«De los dos, el efecto de la refracción es el más importante: cuando la luz solar alcanza la atmósfera de la Tierra, se refracta en ella. Esto hace que todos los objetos celestes aparenten estar por encima de su posición real, sobre todo cuando los contemplamos cerca del horizonte. Así, cuando contemplamos el Sol al amanecer o al atardecer, lo vemos durante más tiempo de lo que correspondería», según la información del Planetario de Madrid.
Lo que se traduce en que cuando vemos el Sol ponerse, en realidad ya lo hizo hace un rato; y cuando lo vemos aparecer, realmente lo vemos antes de que haya salido. Esto alarga el día unos pocos minutos en latitudes como la nuestra. «A esto hay que añadirle el hecho de que el sol tiene un cierto tamaño aparente; es un disco, no un punto. Es fácil de comprender que hace falta un tiempo para que se ponga del todo», añaden desde la entidad.
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