COLPISA
Lunes, 24 de abril 2017, 20:25
Un equipo de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universitat de Barcelona (UB) y de la Politécnica de la Marche (Italia) ha descubierto una nueva especie bacteriana en el volcán submarino Tagoro, surgido de una erupción volcánica en aguas de la isla de El Hierro (Islas Canarias).
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La nueva comunidad bacteriana, descrita en un artículo de la revista Nature Ecology & Evolution, ha sido hallada a 130 metros de profundidad. Bautizada como 'Thiolava veneris', forma un extenso tapiz microbiano de filamentos que cubre 2.000 metros cuadrados cerca de la cima del volcán.
"Esta es la primera especie bacteriana desconocida hasta ahora que se descubre asociada a la actividad volcánica del Tagoro", ha destacado la UB respecto a una erupción que se inició en octubre de 2011 y que es un laboratorio natural para la biología y las ciencias de la tierra.
Desde entonces, el Grup de Recerca Consolidat (GRC) de Geociencias Marinas de la UB ha impulsado diversos estudios científicos, los cuales han revelado aspectos inéditos sobre el origen y la evolución de las islas volcánicas.
Esta bacteria representa un nuevo género y especie de bacteria extremófila, desconocida hasta ahora por la comunidad científica y, según las imágenes de un vehículo submarino dirigido por control remoto, el nuevo hábitat bacteriano cubre casi 2.000 metros cuadrados del volcán Tagoro a profundidad de entre 129 y 132 metros.
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Lejos de otros centros de actividad
Esta 'Thiolava veneris' es próxima a otras bacterias marinas que muestran una gran plasticidad metabólica para adaptarse a ambientes extremos de los fondos oceánicos. "Ahora bien, esta nueva especie se encuentra muy lejos geográficamente de otros centros de actividad volcánica [por ejemplo, la dorsal mesoatlántica], un hecho que plantea interrogantes sobre su procedencia", ha comentado Miquel Canals, jefe del GRC.
"El consorcio bacteriano del nuevo volcán presenta un conjunto de características diferenciales en comparación con otras formaciones bacterianas. Ninguno de los fragmentos genómicos identificados contiene genes asociados con la fotosíntesis, por lo que este proceso queda excluido del metabolismo de los filamentos microbianos", ha apuntado Canals.
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"Sin embargo, la bacteria tiene una notable plasticidad metabólica para desarrollarse en ambientes volcánicos submarinos relativamente poco profundos. Ecológicamente, representa un estadio inicial del proceso de reinstauración de comunidades biológicas cada vez más complejas en los hábitats submarinos devastados por catástrofes naturales, como el caso del Tagoro", ha concluido.
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