De izquierda a derecha, en la fila de atrás, el director de Relaciones Institucionales del periódico, Carlos Aganzo; el director de El Norte de Castilla, Ángel Ortiz; el fundador de Matarromera, Carlos Moro; el director general de El Norte, Ángel de las Heras; los catedráticos Jesús Quijano y Germán Delibes; el cronista Ramón García, y la directora de la Casa Zorrilla, Paz Altés. Delante, el historiador Enrique Berzal; el humorista gráfico Rafael Vega 'Sansón'; los empresarios Pedro Muñozy Paco Heras; el suscriptor José Ignacio Echarren; la propietaria de un quiosco de prensa María Isabel Laguna, y el columnista del diario Paco Cantalapiedra. Ramón Gómez

Brindis por los 165 años de todo un referente

El Norte de Castilla celebra su aniversario en torno a un vino de Matarromera con el deseo de cumplir al menos otro siglo y medio más de «información con valor»

El Norte

Valladolid

Miércoles, 18 de diciembre 2019, 00:33

Un referente insustituible. Parte inherente de la historia de Valladolid. Una institución. Ventana abierta a la ciudad, a los pueblos de la provincia, a otras capitales y municipios de Castilla y León, a España, al mundo. El periódico de Miguel Delibes, de José Jiménez Lozano, de Félix Antonio González y de otras muchas firmas ilustres. Lo primero que muchos ojos ven cada mañana. El sosiego, la calma, la tranquilidad de la lectura pausada junto a un café. Un recuerdo de la infancia. Y un pedazo de muchas vidas, de muchos corazones que lo sienten suyo. Todo eso y más es El Norte de Castilla.

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El diario más antiguo de la prensa española está de celebración. Festeja 165 años en este 2019 que está a punto de terminar y ayer lo celebró con un brindis, en torno a un vino de Matarromera, que reunió en su hemeroteca a una representación de aquellos que hacen posible el periódico: los que lo escriben, pero también los anunciantes y los comerciales que negocian con ellos la publicidad; aquellos que generan las noticias, por su actividad intelectual y sus logros, y quienes son herederos de la tradición familiar que lo hizo posible en su origen; quienes venden el diario en sus establecimientos, y, por supuesto, los lectores.

Todos, a petición del director de Relaciones Institucionales de El Norte de Castilla y subdirector de la Fundación Vocento, Carlos Aganzo, explicaron qué es El Norte de Castilla para ellos. Y coincidieron en que se trata de un referente, de historia viva, de una institución.

Carlos Moro en plena charla con Carlos Aganzo. Ramón Gómez

Un vino de prestigio, el mejor tinto del Viejo Mundo, para una celebración especial

Un vino exclusivo, de producción limitada, para una ocasión especial. Los invitados al brindis por el 165 aniversario de El Norte llenaron sus copas con Matarromera Prestigio, del que solo se elaboraron 14.500 botellas para la añada 2014, y además de una parcela concreta, la finca más especial de la bodega: Pago de las Solanas.

Se trata de un vino que únicamente se produce los años en los que la uva y la añada alcanzan la calidad exigida por Matarromera. Esfuerzo que prescriptores y concursos internacionales vienen reconociendo. Así ocurrió con la añada de 2013, Medalla de Oro en el Concurso Mundial de Bruselas. Además, en noviembre del año pasado fue reconocido en China como Mejor Vino Tinto del Viejo Mundo.

De color cereza intenso, es un vino voluminoso con tonos tostados y sabores de fruta muy madura, que conserva un poderoso esqueleto de taninos dulces con final largo. Uno de los vinos que mejor conjugan elegancia y modernidad de Matarromera, una de las bodegas más emblemáticas de la Milla de Oro de la Ribera del Duero.

Germán Delibes, catedrático de Prehistoria, consejero de El Norte e hijo de quien fue su director e insigne escritor, Miguel Delibes, recordó que su padre «se sentía orgullosísimo del periódico», en especial «cuando decían que era el mejor de España» en el extranjero, por su valentía y su perfil combativo; al Premio Cervantes «le ponía más eso que ganar el Nadal» y aseguraba que tenía «dos familias, la de sangre y El Norte de Castilla».

Paz Altés, directora de la Casa Zorrilla, accionista y nieta «orgullosa» de Fernando Altés Villanueva, considerado el «gran gerente» del diario, aseguró que para ella «El Norte es mucho mi patria, mi infancia, mi juventud y gran parte de mi adultez», y por eso expresó que lo siente «muy dentro».

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Un sentimiento profundo como el que experimenta el humorista gráfico Rafael Vega 'Sansón', para quien «lo es todo». «Es mi casa y lo va a ser siempre, y es mi infancia, porque yo he aprendido a leer con El Norte de Castilla sentado en las rodillas de mi padre», explicó emocionado. «De adulto es mi casa, mi hogar, el huerto que me dejan cultivar, un gran privilegio», y más en este 2019 de «un aniversario especial por partida doble» para él, puesto que cumple 25 años dibujando la viñeta con la que invita a sonreír cada día.

La niñez, presente también en las palabras de Paco Cantalapiedra, que rememoró con cariño a «Pepe, 'el papelero'», que distribuía el periódico en su humilde barrio de la Cuesta de la Maruquesa al grito de «¡El Feroqueeeeeee!» (en lugar de «¡El Norte!»). El que con los años se convertiría en columnista del diario se confesó feliz del «sueño» que supone tener hoy «un trabajo que me encanta, en el que me divierto muchísimo».

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Dormitorio junto a la linotipia

Y añoranza en Pedro Muñoz, dueño de Justo Muñoz y 50 Yardas, que durante más de 20 años durmió «enfrente de la linotipia del periódico». Su habitación, en Teresa Gil, daba a un patio compartido con la antigua sede de El Norte de Duque de la Victoria. Su empresa es protagonista de muchas portadas: es habitual que sus establecimientos se anuncien en ellas.

Como publicita sus películas en las páginas de la cartelera Paco Heras, el gerente de los Cines Broadway y Manhattan, vinculado al periódico desde 1980 y sobre todo «muy cercano a las personas que lo componen», a quienes le une «un vínculo de afecto muy fuerte».

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Para Jesús Quijano, catedrático de Derecho Mercantil y exsecretario general del PSOE regional, El Norte es «una preocupación cada 15 días, cuando escribo», y al tiempo «una satisfacción, porque por tradición, implantación, arraigo y la función que cumple ha llegado al punto de ser una institución».

Una opinión compartida por el historiador Enrique Berzal, colaborador del periódico, al que está «muy agradecido por darme la oportunidad de divulgar la historia y de entrar en contacto con la historia de Valladolid», así como de «proyectar mi trabajo». Orgullo compartido por Ramón García, articulista y cronista, que definió al diario como «imprescindible».

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Lo es para suscriptores tan veteranos como José Ignacio Echarren, que ha cumplido más de medio siglo recibiendo el diario en su casa; o para María Isabel Laguna, propietaria del quiosco de la calle Adolfo Miaja de la Muela, que va a cumplir 30 años vendiéndolo.

Cerró el acto Carlos Moro, dueño y fundador de Matarromera, la primera de las 10 bodegas de un grupo vitivinícola que elabora vinos de alta gama en seis denominaciones de origen. Lo hizo con un brindis «por los trabajadores, periodistas y directores que hacen el periódico, porque sin ellos no habría periódico. Por otros 165 años». Sea.

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