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«¡Qué bien huele!» Puede que esta fuera de las frases más repetidas después de la tormenta que sacudió el martes por la tarde a Valladolid capital y a parte de la provincia. Y es que después de un largo periodo de calor y ... sequedad cuando llueve todo el mundo identifica ese olor tan especial que desprende todo. El caso es que tiene nombre -con permiso del olor a tierra mojada- se llama petricor. Los científicos han estudiado este fenómeno, incluso los perfumistas han intentado reproducir ese olor a fresco, a naturaleza, a limpio.
Puede que el alivio de la lluvia después de un largo periodo de sequedad tenga alto que ver en el olor que se percibe durante y después de una tormenta, pero también tiene una explicación química. El petricor es una combinación de aceites que provienen de las plantas durante períodos secos y de bacterias que viven en el suelo, según publica la BBC. La combinación se conoce como geosmina, la cual contribuye al aroma del petricor.
Esos aceites y bacterias capturan pequeñas burbujas de aire que contienen los productos químicos de la superficie, que luego rebotan en el aire y explotan liberando aerosoles con las esencias de la geosmina y el petricor. Son las gotas de agua que golpean el suelo las que liberan la geosmina por eso el olor se detecta con mucha mayor intensidad después de la lluvia.
El Streptomyces (un grupo de actinobacterias, el género más extenso) es el tipo de bacteria que produce ese aroma tan particular. Presente en la mayoría de los suelos saludables, estas bacterias también se utilizan para crear antibióticos comerciales.
Este olor se puede se puede detectar antes de que llegue la lluvia, sobre todo, si el viento sopla desde el lugar en el que se está produciendo la precipitación: la humedad aumenta, humedece el suelo y se forma más geosmina. Es precisamente la geosmina la que se está volviendo más común como ingrediente para perfumes.
Otro tipo de olor a tormenta es cuando los rayos en una tormenta eléctrica escupen moléculas de oxígeno y nitrógeno para formar óxido nítrico. Estos elementos entran en contacto con otros y forman el ozono. En este caso el olor es más químico y menos 'natural'.
La palabra 'petricor' (petrichor en inglés) fue acuñada por los científicos Isabel Joy Bear y Richard Thomas en su artículo Nature of Argillaceous Odor (Naturaleza del olor arcilloso), publicado en la revista Nature en 1964.
La palabra viene del griego petros, que significa «piedra», e icor, que significa «el fluido que fluye en las venas de los dioses».
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