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El Hospital de Alcorcón, donde el homicida intentó asfixiar a una anciana. Rodrigo Jiménez-EFE
El asesino en su hábitat

El asesino en su hábitat

Un enfermo mental recluido diez años en un psiquiátrico por dos homicidios cometidos en ambientes sanitarios en 1997 vuelve a intentar matar en el hospital que le dio trabajo pese a sus antecedentes

fernando miñana

Miércoles, 30 de octubre 2019, 07:50

Una mujer se despertó el sábado a primera hora de la mañana en su cama de la Unidad de Traumatología del Hospital de Alcorcón, en Madrid, y se encontró a un hombre volcado sobre la cara de su compañera de habitación. Asustada por lo que estaba presenciando, comenzó a dar voces pidiendo ayuda. Los auxiliares que oyeron sus gritos corrieron hasta la habitación, la número 19, y sorprendieron a un intruso intentando asfixiar a una anciana de 82 años con una almohada. Al verse sorprendido, el hombre, de mediana edad, huyó a la carrera. Los auxiliares alertaron al personal de seguridad y a la Policía. Cuando los agentes llegaron, los vigilantes ya habían capturado a Juan José, de 49 años, que trabajaba en el servicio de lavandería del centro sanitario madrileño.

Los archivos policiales descubrieron que aquel hombre era Juan José F. G. , de 49 años, y que ya tenía un pasado criminal a sus espaldas. Su historial delictivo se remonta al 19 de diciembre de 1997. Aquella noche, entre la seis y las seis y media, intentó colarse tres veces en el Hospital Clínico San Carlos a través de la puerta de Urgencias. El vigilante se lo impidió, pero poco después logró acceder por la entrada principal. Entonces subió hasta la cuarta planta, agarró un cinturón con las dos manos y se metió en la habitación 4.601. Allí estranguló a Valeriana de la Fuente, una mujer de 82 años que estaba ingresada con una neumonía y una desnutrición severa.

Aquel viernes fatídico, Juan José tenía 27 años, y poco después de cometer el asesinato, fue sorprendido por un enfermero. El homicida fue arrestado y trasladado a la penitenciaría de Carabanchel. Apenas dos días más tarde mató a un recluso que descansaba en la enfermería de la prisión madrileña.

Perfil de riesgo

  • Dos muertes en dos días. Juan José F. G. cometió los dos primeros homicidios en apenas dos días, en diciembre de 1997, cuando tenía 27 años. Cuatro años antes, según algunas fuentes, ya había tratado de matar a otra persona, también en un centro médico. El sábado lo intentó de nuevo en el Hospital de Alcorcón, ya con 49 años.

  • Esquizofrenia paranoide. Un juez de la Audiencia Nacional consideró que sufría un trastorno mental y ordenó que cumpliera un periodo privativo de libertad, no superior a los veinte años, en el hospital psiquiátrico penitenciario de Fontcalent (Alicante). Salió en 2007.

  • Revisión de casos. La dirección del Hospital de Alcorcón está revisando los expedientes médicos de las personas fallecidas recientemente en sus instalaciones, por si pudiera sospecharse algún vínculo con Juan José F. G. El homicida trabajaba en el hospital madrileño desde hacía cinco años.

Un juez de la Audiencia Nacional sentenció el 19 de octubre de 1999 que el acusado debía ser absuelto de ambos crímenes porque sufría un trastorno mental y ordenó su ingreso inmediato en un centro psiquiátrico, en Alicante, por un tiempo no superior a los veinte años. El tribunal interpretó también que hubo «omisión del deber de vigilancia» por parte del hospital y sancionó al Insalud, dependiente del Ministerio de Sanidad, con una compensación de diez millones de pesetas (60.000 euros) para cada uno de los dos hijos de la difunta Valeriana de la Fuente –Francisco y Paloma Alcubilla–.

En 2007, diez años después de cometer sus crímenes, Juan José quedó en libertad con la única condición de acudir a los controles periódicos y medicarse por la esquizofrenia que padece. El asesino intentó rehacer su vida y hace cinco años encontró un empleo gracias a Ilunion, una empresa vinculada a la Fundación ONCE con más de 35.000 trabajadores, de los que cerca de 14.000, un 40% aproximadamente, tienen alguna discapacidad.

«Un grave error»

Lo llamativo de su caso de reinclusión social es que le buscaran trabajo en el servicio de lavandería del Hospital de Alcorcón, en un ambiente sanitario similar a aquél en el que cometió aquellos dos crímenes de 1997. De hecho, la dirección del centro médico está revisando otros casos de muertes recientes sucedidas en el hospital por si pudieran evidenciar un vínculo con Juan José.

El criminólogo Vicente Garrido cree que fue «un grave error» ponerlo a trabajar en un hospital, «donde está claro que se genera una situación de riesgo». El homicida superó los controles, o estos fallaron, porque, según este prestigioso especialista, lo sucedido en el Hospital de Alcorcón parece demostrar que Juan José dejó de tomar los fármacos que le habían prescrito. «Es un caso claro de esquizofrénico paranoide, la patología que más se asocia con el homicidio y los casos de violencia. Y por eso se tiene que controlar que toma la medicación, no puede depender de si él decide tomársela o no porque, en este caso, puede caer bajo los efectos de su paranoia».

Una idea en la que también incide Pura Beltrán. Esta psiquiatra forense recuerda que, una vez concluye la pena privativa de libertad, «el homicida debe seguir un tratamiento ambulatorio con soporte social, para que la persona que se hace responsable de él se asegure de que toma la medicación». Ella tampoco se explica cómo, con sus antecedentes penales, logró un empleo en un hospital, donde, si abandona el tratamiento, «parece que se desarrollan sus paranoias».

Garrido, que también es escritor y profesor, coincide en que el control falló. «¿Por qué dejó los medicamentos? Si nadie se asegura de que los tome, vuelve a su comportamiento anterior, y si encima tiene facilidad de acceso a las víctimas, personas vulnerables, es más peligroso aún. Este hombre no debería trabajar en sitios así. Está claro que se puede colar de todas formas, pero así lo tiene más fácil porque es un empleado que no llama la atención si circula libremente por el hospital».

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