¿Por qué los ascensores tienen espejos?

¡Ding! Se abren las puertas del ascensor, entramos y lo cierto es que no podemos evitar arreglarnos un poco el pelo, mirar si tenemos buena cara o echar un vistazo furtivo al resto de personas gracias al espejo. De repente nos sentimos coquetos y cotillas. No todos, pero la gran mayoría de ascensores cuentan con un espejo. ¿Por qué? Los motivos no son nada casuales, como explica el ChatGPT. Hemos acudido a esta herramienta de inteligencia artificial para que conteste la pregunta. Y la respuesta tiene miga. Este accesorio cumple varias funciones de gran importancia para sus usuarios mucho más allá del meramente decorativo:

La mayoría de ascensores son de dimensiones reducidas. Son precisamente este tipo de ascensores, los más pequeños, los que suelen tener un espejo con mayor frecuencia. El motivo no es más que un truco visual: nada por aquí, nada por allá... y el reflejo otorga sensación de amplitud, es decir, que consigue que parezca más grande de lo que realmente es. Por eso ayuda a evitar que sus ocupantes padezcan ansiedad, claustrofobia y sensación de agobio cuando se cierran las puertas.

El tiempo dentro de un ascensor se nos puede hacer eterno. Aunque se trate de segundos, este rato puede ser tedioso al permanecer en espera y con pocos estímulos visuales. Todo se ralentiza y parece que los números de los pisos se van encendiendo de forma lenta, muy lenta. En este sentido, el espejo puede ser un aliado: aprovechamos para mirarnos, arreglarnos, ojear con curiosidad a otro ocupante... y así sin darnos cuenta nos evadimos de la situación y se pasa el rato volando hasta que, ¡sorpresa! de pronto se abren las puertas.

Un ascensor es un espacio limitado compartido con desconocidos, un caldo de cultivo perfecto para situaciones incómodas o incluso delictivas como robar una cartera, tocar disimuladamente a alguien de forma indebida o realizar actos vandálicos. Los espejos ayudan a evitar este problema, ya que los ocupantes pueden verse a sí mismos y al resto de personas en todo momento. Este aspecto ofrece una sensación de seguridad y puede disuadir a aquellos que tengan la tentación de actuar de forma inapropiada. Al fin y al cabo, alguien te está mirando y controlando en todo momento... incluso si vas solo, el reflejo parece acompañarte y vigilarte. ¿Notas ese cosquilleo en la nuca?

El ascensor supone una gran ayuda para las personas con dispacacidad no solo porque al utilizarlo se evitan las escaleras, sino también porque su espejo contribuye a un mejor manejo de la silla de ruedas al poder controlar mejor todos los ángulos. Montar en silla de ruedas en un ascensor no es tarea fácil, ya que suelen ser espacios muy pequeños y la capacidad de maniobra es reducida. Por ello, todo lo que pueda ayudar a estas personas a conseguir una mejor movilidad cuenta.

En resumen, si lo pensamos bien, estar encerrados en un objeto artificial que va ganando altura rápidamente es algo ligado al progreso pero contrario a la naturaleza, por lo que es normal que la gente se sienta incómoda dentro, e incluso que algunos sufran una fobia a los ascensores. Por eso, se suelen añadir espejos y otros elementos como música suave (la típica melodía de ascensor) para ofrecer sensación de bienestar y relajación. Los detalles no se dejan al azar. El objetivo es engañar y entretener a nuestro cerebro para que nos sintamos lo mejor posible mientras subimos y bajamos en estas cajas de metal. Y si el espejo no funciona, siempre podemos probar a hablar de la meteorología con la persona que tenemos al lado.

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