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el norte
Lunes, 27 de marzo 2017, 12:26
Otra vez un perro es el protagonista de una historia de fidelidad hacia su dueño. En esta ocasión Bobby (así se llama) recorrió tres kilómetros corriendo detrás del cortejo fúnebre de su dueña en Malasia. Ninguno de los asistentes al entierro repararon en la presencia del cánido hasta que no llegaron al cementerio.
Una vez allí, se tumbó junto al agujero preparado para enterrar a la mujer y no se marchó hasta que no acabó el sepelio.
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