josé ramón villalba
Viernes, 13 de enero 2017, 10:03
Una locura con posibilidad de haber podido acabar en desgracia. Finalmente, no ocurrió ninguna tragedia pero el ciudadano que apareció con un proyectil cargado de explosivo por el cuartel granadino de Armilla se la jugó de forma innecesaria. No fue consciente del riesgo que corrió en el hipotético caso de que el proyectil se le hubiera caído de las manos o por cualquier otra circunstancia le hubiera explotado.
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El Gedex de la Guardia Civil fue el encargado de desactivar el proyectil, que data de los años de la Guerra Civil española. El ciudadano se encontró el artefacto en una finca de su propiedad, según publica Ideal. Lo aconsejado siempre es avisar a los artificieros de la existencia de este tipo de artefactos y no moverlos del sitio donde se encuentran depositados.
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