EL NORTE
Lunes, 22 de febrero 2016, 12:17
En Nueva Zelanda la prostitución es legal, pero la iniciativa de un prostíbulo de este país de realizar un acto benéfico para ayudar a los niños pobres ha sembrado la polémica. La idea de Nicky Hughes, propietaria del burdel, es llevar a cabo una jornada de puertas abiertas en la que los clientes podrán visitar el negocio de forma gratuita a cambio de un donativo que irá destinado a un comedor infantil. Este comedor, una ONG local llamada Kai Kitchen, se encarga de alimentar de forma saludable a los niños más desfavorecidos.
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Los detractores de esta iniciativa se niegan a relacionar un proyecto infantil con un prostíbulo mientras que Nicky Hughes asegura que no importa la procedencia del dinero mientras ayude a estos niños.
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