el norte
Jueves, 28 de enero 2016, 13:48
¿Eres capaz de imaginar una vida sin dolor? ¿Una vida sin tener hambre ni sueño? Se antoja complicado pero así es la vida de la pequeña Olivia Farnsworth, una niña británica que no siente la necesidad de comer o dormir y que no conoce el dolor. Esta rareza se debe a una alteración de su ADN en el que no se encuentra el cromosoma 6 lo que la hace parecer sacada de cualquier película de Hollywood.
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Pero no, Olivia es real, inmune al dolor y nunca tiene hambre, solamente come por pura necesidad fisiológica. A todo esto se une que puede llegar a estar tres días seguidos despierta, problema para el que sus padres optan por darla medicinas para conciliar el sueño.
Sus padres están preocupados porque la pequeña «no sabe lo que es el peligro». Hace años, esta niña fue atropellada por un coche que pasó por encima de su cuerpo dejando los neumáticos marcados en el pecho y la cadera levantada pero ella no sufrió dolor alguno.
Cuando Olivia no era más que un bebé se dieron las primeras manifestaciones de esta rareza. No lloraba, no dormía y comía muy poco. Ahora es una niña que hace vida normal pero sus padres viven inquietos por el hecho de que al no sentir dolor no teme arriesgarse lo que podría conllevarla numerosos problemas.
Los expertos han asegurado que el caso de Olivia es el único en el mundo en el que la alteración del ADN hace posible que se evidencien estos tres síntomas en la misma persona.
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