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En la punta de las yemas de este almendro ya se aprecia lo que en unos días será la flor
El almendro tiene prisa

El almendro tiene prisa

Muchos ejemplares de este árbol comienzan a mostrar ya los signos de que han iniciado el proceso de floración

Eloy de la Pisa

Martes, 12 de enero 2016, 21:02

«Te adelantas más que el almendro». Es muy probable que todos hayamos escuchado esta frase alguna vez. Y es más que probable que todos nos hayamos delitado en algún momento con la imagen de estos árboles florecidos cuando los fríos del invierno aún se dejan sentir por las noches. El almendro es el primer árbol que despierta en Castilla y León. Y cuando lo hace indica que el invierno está dando sus últimos coletazos y que la primavera se está anunciando en lontananza.

Pero este año no va a ser así. En modo alguno.

Este año el almendro tiene mucha prisa, demasiada, y en Valladolid y el sur de la comunidad ya ha despertado. Todavía no es visible, pero es suficiente con acercarse a cualquier ejemplar para comprobar, como se observa en el vídeo que acompaña a este reportaje, que las yemas ya se han abierto y que un pequeña masa blanquecina se apunta. Esa masa es la futura flor, y cuando arranca ya no para. Lo del freno y marcha atrás, para el almendro, es una quimera. Si empiezo, empiezo, viene a decir la planta.

Así pues, es muy posible que para el 20 de enero ya veamos flores en las ramas del prunus dulcis, que así se llama científicamente el almendro. Como se han empezado a ver en otros miembros de la familia de los prunus como los cerezos, muchos de los cuales ya florecieron a orillas del Mediterráneo antes de que los humanos cambiáramos de año. Es hasta posible que los ciruelos de Pissard, ese árbol de hoja violácea que se ve con frecuencia en las ciudades y que produce una bonita flor blanquimorada, empiezen prontor a despertar.

Y todo es consecuencia de este otoño e invierno tan bonancible que estamos teniendo. Porque el almendro, al florecer tan pronto, lo único que busca es aprovechar las lluvias primaverales para engordar sus frutos y poder sacarlos adelante. Una estrategia inteligente, pero que este año le puede llevar a la ruina por excesivamente tempranera. En el fondo, al almendro le da igual, porque prefiere correr el riesgo de perder el fruto por hielo que por falta de agua. Estadísticamente, es más probable la sequía que la helada tardía. Lo malo para el árbol, que no lo sabe, es que esa posibilidad está calculada en el Mediterráneo, no en el interior de la península. Pero él es mediterráneo, no continental, y aún le queda tiempo para hacerse a la idea.

Viñas y frutales

  • El peligro de que plantas como la vid o los árboles frutales se adelanten es que son mucho más sensibles que los almendros a las heladas. Un prunus dulcis puede soportar dos bajo cero sin que se resienta ni flor ni fruto, pero no las demás especies. La vid es delicada cuando produce la flor. Para comprenderlo basta mirar los molinos que se levantan en muchos viñedos, y que solo tienen como finalidad lanzar agua caliente para proteger a la flor de una helada tardía. A 16 de enero viñedos y frutales siguen durmiendo, y no parece que se vayan a despertar antes de tiempo, pero si las heladas son suaves y regresa el viento del sur y las temperaturas benignas, habrá que estar atento

Los causas que influyen en que un árbol tome la decisión de iniciar el proceso de floración son complejas. Intervienen muchos factores, en especial en las especies de hoja perenne, pero en el caso del almendro todo se reduce básicamente a dos cosas: luz y temperatura. Por lo general, cuando las horas de luz aumentan, los grados también lo hacen; y esa combinación hace que los procesos químicos que despiertan al árbol se pongan en marcha. Pere hete aquí que este año las altas temperaturas invernales (hasta 14 grados hemos llegado), y la ausencia de heladas, han terminado por mconfundir a los prunus dulcis, que han decidido que tanta temperatura es síntoma de que es la hora.

Afortunadamente, otras especies vegetales no han tenido la misma idea. Como las vides; o los frutales. Porque al almendro se le viene encima un problema: si hiela cuando la flor está abierta, no se produce la polinización, y por tanto no hay fruto en otoño; o si hiela cuando el fruto está empezando a formarse, se malogra. Y por muy bueno que haga durante el día, ya se anuncian heladas para los próximos días. Es muy posible que este otoño apenas tengamos almendrucos que abrir en una plácida tarde de septiembre.

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