EUROPA PRESS
Martes, 29 de diciembre 2015, 16:58
Hace 17 años el puente de Ariza, en Úbeda, quedó sumergido bajo las aguas del embalse del Giribaile. Ahora la importante sequía que se sufre lo ha dejado al descubierto. La falta de precipitaciones deja un paisaje árido.
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Ha llovido un 75% menos que otros años y los embalses están al 55% de su capacidad. Es uno de los inviernos más secos de las últimas décadas. En la Cuenca del Júcar sus pantanos están al 36% y en la del Segura las reservas han caído un 40%. En este momento ha entrado en situación de emergencia.
Las previsiones no son nada buenas porque por mucho que llueva no será suficiente en este seco invierno. Si la situación no mejora en el primer trimestre del 2016 los trasvases serán mínimos para las tierras del Levante.
Podría afectar a la zona regable del trasvase unos 130.000 hectáreas y 70.000 personas que dependen de esto. Los agricultores están restringiendo el consumo de agua a la mitad. Si no se prorroga el Decreto de Sequía, en vigor hasta finales de septiembre, podría haber pérdidas millonarias.
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