El cambio climático acecha a los osos polares
Se estima que, si se mantienen las condiciones actuales, en cien años estos plantígrados solo habitarán los zoos
Pierre Monteagudo Consoni
Sábado, 5 de diciembre 2015, 21:51
Muchos investigadores piensan que los osos polares, una preciosa especie patrimonio de la Tierra está sentenciada a desaparecer por la degradación de su hábitat debido al calentamiento global. Se estima que se extinguirán en menos de cien años como consecuencia del efecto amplificado del cambio climático que afecta al Círculo Polar Ártico, donde la temperatura media podría subir 8 grados en las próximas décadas, a pesar de las medidas que se adopten tras la Cumbre del Clima que se celebra estos días en París.
Todos notamos que las temperaturas siguen aumentando año tras año y 2015 va camino de convertirse en el más caluroso de la historia. Lo osos polares se han visto gravemente afectados por el cambio climático, y su número actual, estimado en unos 25.000 ejemplares, está disminuyendo rápidamente.
Un oso en estado salvaje puede llegar a vivir 25 años. Su constitución les permite soportar temperaturas muy frías y vivir en las zonas más remotas del Ártico, dónde caminan sobre gruesas capas de hielo. Con el aumento de la temperatura el hielo se deshace y su hogar se está destruyendo irremediablemente.
El calor también perjudica su fuente de alimentación
Fundamentalmente, comen dos tipos de especies: focas anilladas y focas barbudas que a menudo capturan en el mar, ya que son excelentes nadadores. Los cambios en la masa de hielo son un grave problema que ha roto el equilibrio de la cadena alimentaria y ha hecho que estos animales estén perdiendo su capacidad para sobrevivir.
Los científicos consideran que el gran problema radica en que los osos caminan sobre larguísimas pistas de hielo para llegar a tierra firme y luego alcanzar el mar dónde cazan las focas. Mientras permanecen en tierra, los caminos de hielo por los que llegaron se fragmentan en pequeños pedazos o directamente se funden por el calor. Al quedar atrapados en una porción de tierra en la que no encuentran suficiente alimento mueren literalmente de hambre.
Aunque es difícil encontrar restos de osos polares para su análisis, los estudiosos del problema consideran que el calor también altera las funciones de su cuerpo, lo que les puede provocar una muerte prematura. Adicionalmente, las actividades humanas desarrolladas cada vez más al norte perjudican su ciclo reproductivo por lo que pronto solo quedarán ejemplares en cautividad en los zoológicos del mundo.
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