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Una Semana Santa diferente en La ZarzaNo porque no tengan imágenes que procesionar por sus calles, que sí las tienen, y algunas de gran valor, sino porque sus escasos moradores, muchos ... de avanzada edad, ya no pueden cargar con las andas. La vida estos días de Semana Santa en la mayor parte de esos pequeños pueblos de la denominada España vaciada es como la de cualquier otro día, salvo que la iglesia permanece abierta un poco más de tiempo de lo habitual.
De ahí que en algunos casos, a falta de cultos religiosos, procesiones y otras actividades propias de estas fechas, los gobernantes de los pueblos traten de suplir dicha ausencia, y sobre todo hacer un poco más atractivo el regreso por unos días de muchos de esos hijos del pueblo que marcharon a otras latitudes en busca de trabajo y oportunidad, programando diversas actividades con las que hacer más llevaderos estos días.
Es el caso del municipio vallisoletano de La Zarza, en el alfoz de Olmedo, que ha dado contenido alternativo a esas carencias durante los días de Semana Santa, programando diferentes actividades lúdicas y socio-culturales que han hecho que el pueblo recobrara vida merced a la implicación en las mismas de vecinos y esos visitantes puntuales.
Así, entre otras actividades, además de un taller de elaboración de torrijas en el pabellón municipal, también se han celebrado sendos torneos de tenis de mesa y air hockey en el aula de la casa consistorial, una ruta en bici por el entorno natural que rodea el pueblo y la proyección en la biblioteca municipal de la película 'El maestro que prometió el mar' basada en la novela Francesc Escribano y dirigida por Patricia Font.
Aunque sin duda la actividad más destacada haya sido la inauguración la tarde de Jueves Santo de la exposición de pintura 'Acuarelando La Zarza' de Jesús María Herrero González en el aula de la casa consistorial, la cual estará abierta al público hasta el 18 de mayo, donde se reúne una serie de obras en las que captura la esencia del pueblo: sus calles, su gente o sus aves, y cada pincelada es un gesto de memoria, un homenaje.
Nacido en Miranda de Ebro en 1939, pero con orígenes zarceños, Jesús María Herrero González ha transitado durante toda su vida por los caminos del arte, la arquitectura y el diseño, con una mirada siempre atenta a la belleza de lo cotidiano. Formado en Decoración Cinematográfica por la Escuela Oficial de Cinematografía (1962) y en Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Madrid (1972), pronto combinó su vocación creativa con la enseñanza, fundando la academia Minotauro, espacio clave para el aprendizaje del dibujo artístico y técnico.
Su trayectoria se extiende desde los escenarios y los platós como director artístico y decorador jefe en cine y teatro, con presencia en festivales internacionales como el de San Sebastián o el de Nancy (Francia) hasta la representación de España en el Congreso Internacional sobre Asentamientos Humanos en México, donde recibió una oferta de colaboración por parte de la ONU.
Desde su estudio BOG, desarrolló una arquitectura diversa y comprometida: viviendas, hospitales, centros educativos, restauraciones y proyectos internacionales, siendo su última obra arquitectónica, de especial carga emocional, pues se encuentra en el propio pueblo de La Zarza: la casa de la familia García Martín donde puso fin a su carrera como arquitecto y ha comenzado una nueva etapa como pintor. Y lo ha hecho retomando la acuarela, una técnica que le permite explorar con libertad su sensibilidad artística.
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