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JAVIER BURRIEZA
Viernes, 10 de abril 2020, 08:20
La Semana Santa de Valladolid cuenta con un tesoro que hay que cuidar en el Sermón de las Siete Palabras, un legado de espiritualidad y de literatura en torno al testamento del Crucificado desde el púlpito y la cátedra de la cruz. Este año, una ... de las mentes intelectuales más interesantes del panorama eclesial español, el sacerdote de la diócesis de Ávila José Manuel Sánchez Caro, estaba llamado a pronunciarlo desde el escenario único de la Plaza Mayor. El Sermón no se suspende, se va a poder seguir por televisión y por los nuevos medios de comunicación. Sánchez Caro lo va a realizar desde un austero templo abulense. Me consta que este texto no ha sido el primero. Se encuentra en cada una de sus siete palabras impregnado de la pandemia aunque es un mensaje de extraordinaria esperanza y compromiso. El que fue rector de la Pontificia de Salamanca y de la Universidad Católica de Ávila, leyendo los Evangelios en su lengua, descubre un profundo significado del apóstol Juan para con la sexta palabra: «Todo está cumplido». No es igual a todo está terminado sino, más bien, realizado de acuerdo a la misión que Jesús había recibido. Hoy, Sánchez Caro, piensa que esa palabra se transforma: «Voy a colaborar con ánimo». Y el predicador se la ofrece con un sentido positivo a todos. Creo que nos hemos perdido al gran conocedor de las Escrituras que es Sánchez Caro y que sería bueno que, en 2021, pudiese volver a pronunciar el sermón cuyo encargo recibió.
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Esta ha sido tierra de sermones y en la Semana Santa de siempre nunca han faltado. Ha sido un medio de comunicación privilegiado, presente entre pasos de la Vera Cruz que permanecían preparados en la Acera de San Francisco; entre terciarios franciscanos ante la Soledad en el Viernes Santo y en tiempos de clandestinidades en la Segunda República cuando se celebró este de las Siete Palabras en la Catedral en 1932, trasladado después a la iglesia de Santiago y a la Plaza Mayor en 1943, salón urbano incomparable. Pregón y Sermón son antesala de los Oficios del Viernes Santo a los que podemos unirnos desde Roma o en el canal de Youtube de Iglesia en Valladolid. Y finalmente, Procesión General de la Pasión, también ofrecida para esta Semana Santa en casa por los medios de comunicación. Me gusta decir más que es un Evangelio en madera según los vallisoletanos que un museo en la calle, porque en lo primero hay mucho de sentimiento y de auténtica misión de los pasos procesionales, de las cofradías y de la ciudad contemplándolo. Para mí desde pequeño, la Procesión del Viernes Santo es un momento central de mi vivencia, de mis impresiones, de mi espiritualidad, incluso de mi vocación profesional. Quizás lo que soy personalmente es gracias a lo que me enseñaron a contemplar y vivir con intensidad.
Jota de la Fuente. La mañana de este Viernes Santo, que jamás olvidaremos los vallisoletanos, nos dejará huérfanos de vivir este mediodía el montaje y representación en la Plaza Mayor, del Sermón de las Siete Palabras. Previamente, los caballos y jinetes habrían recorrido la ciudad pregonando y anunciando el evento a toque de corneta, sonido de cascos y grito desgarrador del pregonero mientras la ciudad hubiera despertado. El responsable de reflexionar las siete palabras que Cristo dijo en la Cruz será José Manuel Sánchez Caro, sacerdote de la diócesis de Ávila, que lo hará desde las redes sociales y medios de comunicación, aunque para siempre quedará el anhelo de haberlo podido hacer ante el pueblo fiel, las cofradías penitenciales y autoridades congregadas en la Plaza Mayor en esta mañana del Viernes Santo de Valladolid. La pausa del mediodía daría paso a la procesión por excelencia de Valladolid, la general de la Sagrada Pasión del Redentor.
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