Cofradía del Discípulo Amado y Jesús de Medinaceli: «Que no podamos salir a la calle entraña una tristeza enorme»

En su corta historia, la cofradía ha pasado por varias sedes y actualmente se encuentra en la iglesia de San Martín. Santiago Capote Castillo, hermano mayor de la cofradía, explica que, aunque este año no celebran procesiones, «Semana Santa hay y debemos vivirla con la mayor alegría que nos permitan las condiciones actuales». «Que no podamos salir a la calle entraña una tristeza enorme, el año pasado yo lloré pero esta vez ya lo tenía más o menos asumido», añade.

Con o sin procesiones, la hermandad tiene previsto realizar algunos actos durante este año. Concretamente una misa el Domingo de Ramos a las 18:00 en la propia iglesia donde, posteriormente, tendrá lugar el acto de la Renovación de las Promesas del Bautismo. Desde la cofradía no eran partidarios de realizar celebraciones en el exterior, «no lo vemos oportuno con todo lo ocurrido este último año; lo haremos en el interior respetando todas las normas», explica Capote.

Uno de los rasgos distintivos de esta cofradía vallisoletana está en la talla del Cristo de Medinaceli, único paso de Valladolid llevado por costaleros, en total 35. Santiago Capote, que tenía ya experiencia en la práctica tras ser costalero en dos cofradías en Andalucía, explica que actualmente están trabajando con el tallista Gaditano Manuel Oliva en la producción de un paso para esta imagen. «Vamos a intentar traer una talla como las que se hacen en el sur, de momento ya tenemos los candelabros y la parte delantera», detalla Capote.

Por su parte, la cofradía ha continuado la labor benéfica durante este último año, realizando tres recogidas de alimentos y colaborando con las demás cofradías de Valladolid. En cuanto al aumento de la demanda de estas ayudas, el hermano mayor asegura que este año ha habido más gente que ha recurrido a las ayudas que ofrecen. «A veces ves situaciones en las que se te caen dos lagrimones», puntualiza. Actualmente, la hermandad está compuesta por un total de 202 cofrades y, durante el último año, no han contado ningún alta por culpa de la pandemia. «No hemos podido hacer el acto de imposición de las medallas como nos gustaría, así que hemos decidido pasarlos todos a 2022 y hacerlos todos para entonces, si se puede», explica Capote.

Es una cofradía joven pero el hermano mayor se muestra optimista con el futuro, «esperamos crecer un 10% y, según están las cosas, creo que llevamos buen ritmo». En 2022 también esperan poder procesionar junto con todos los cofrades, «estamos todos con muchas ganas y más unidos que nunca; los costaleros están locos por salir».