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Pocas cosas evocan la Semana Santa con tanta fuerza como una buena torrija o torreja. Este postre humilde, cuya primera versión (sin huevo) nació entre ... los siglos IV y V y que servía para reaprovechar el pan duro del día anterior, ha evolucionado de tal manera que se ha convertido en una auténtica joya de nuestra repostería.
Cada vez son más los obradores que buscan esa torrija de autor, con sabores nuevos, técnicas distintas y presentaciones sorprendentes para reinventar la tradición. Hace tiempo propusimos a nuestros lectores una ruta con las torrijas más rompedoras de la provincia, una selección que incluía a Azul Mediterráneo, Maro Valles, Xocoreto, Mesón Maryobeli y la Cafetería Moka. Hoy regresamos para completarla con cinco nuevas paradas que ofrecen sabores y texturas increíbles en estos días de Cuaresma. ¿Nos acompañas?
En esta pastelería con décadas de historia, los hermanos Mesonero han apostado por una versión de torrija que nació en 2017 «casi por casualidad». La base es muy tradicional. El pan de brioche que ellos mismos elaboran con mantequilla lo empapan en leche, a continuación, lo pasan por huevo y lo fríen. Una vez fritas, se añade una generosa capa de crema pastelera que luego se tuesta. «Lo idóneo es que el aceite esté bien caliente, entre 200 y 220º para que se frían rápido y no lo absorban», explica Rafael Mesonero. «La idea salió de un roscón que sobró después de Reyes. Pensamos que la crema sería ideal para acompañar unas torrijas y una vez que lo probamos, se nos ocurrió tostar la crema. El resultado nos gustó mucho», prosigue.
Esta torrija que combina la cremosidad con el crujiente ya rivaliza con su versión clásica de miel, que es el best-seller de esta confitería. «Las vendemos desde Carnaval hasta el Domingo de Resurrección, y su éxito es tal que algunos días llegan a vender más de 500 unidades.
Precio: 1,75 € (miel) / 2,25 € (crema tostada)
José Antonio Villegas es el chef pastelero de esta pastelería que comenzó su andadura hace 30 años en Tudela de Duero y que desde hace 12, también tiene presencia en la ciudad. Él cuida cada detalle de su torrija, empezando por el pan brioche que ellos mismos elaboran. Pero su secreto está en la infusión, ya que dejan reposar la leche natural con la canela y los cítricos durante 24 horas para conseguir una profundidad de sabor realmente sorprendente. El toque final llega en la freidora, donde se logra una textura jugosa sin que la pieza absorba grasa en exceso. «La clave está en el equilibrio entre sabor y cremosidad», afirma Villegas.
Las venden al peso, porque cada torrija es única. «Al utilizar pan artesano no siempre salen del mismo tamaño. Es realmente cremosa», añade. En esta confitería, este manjar no sólo se disfruta en los días de Cuaresma. «También las hacemos para el Día de Todos los Santos. Tienen muchísimo éxito», afirma.
Precio: 26 €/kg
Cristian Gómez Villarpliego es el gerente de este bar, que es todo un templo dedicado a las tortillas. En estos días acaba de sacar un nuevo postre para sus clientes, que está gustando tanto que lo más probable es que se quede en carta durante todo el año. Se trata de una torrija con crema de orujo. «Creo que hemos dado el clavo con la receta. La verdad es que en un principio pensábamos utilizar crema de Baileys, pero finalmente decidimos optar por el orujo, que es más castellano y la verdad es que ha sido todo un acierto. A los clientes les está encantando. Hemos pensado que en verano la acompañaremos con una bola de helado», comenta este hostelero.
Su torrija parte de un pan similar al de molde, empapado en leche infusionada con canela y limón. Lo rompedor está en la crema pastelera que remata la pieza, con una mezcla suave con crema de orujo que le da un final aromático y diferente, sin exceso de alcohol. «Queríamos un postre nuestro, con identidad y lo hemos conseguido», explica.
Precio: 4 € como postre (dos torrijas) / 3,8 € una torrija con café y zumo
Esta confitería que lleva desde 1928 endulzando los mejores momentos de los vallisoletanos, esta Semana Santa ha sorprendido a los clientes con un curioso postre torrijero. Se trata de un croissant relleno de torrijas, una auténtica delicia. Una opción perfecta para los más atrevidos y que está tan buena que resulta realmente adictiva.
Su torrija tradicional se elabora a partir de un pan de brioche artesano que empapan de leche que han mantenido infusionada durante 24 horas con pieles de los cítricos, canela y vainilla natural. Luego las rebanadas se pasan por huevo, se fríen y se riegan con miel de Valladolid. «Las torrijas tradicionales son uno de los postres preferidos por los vallisoletanos, por eso hemos probado a hacer esta versión en un croissant. Para ello, quitamos los bordes de la torrija y la trituramos. El resultado es una crema que introducimos en el croissant que realizamos con mantequilla. Así conseguimos un dulce con una textura que es tan suave que se deshace en la boca. Pese a ser una novedad de este año, ya hay clientela fiel que repite. Hoy en día cada vez son menos los que se ponen a hacer torrijas en casa. Prefieren venir a la pastelería y que se las demos hechas. Desde luego, es un dulce tradicional y espectacular», comenta Elena Martín, dependienta de esta confitería.
Precio: 3,5 € cada unidad, tanto la tradicional como la de croissant
En la Tahona del Arte las torrijas son un visto y no visto en el escaparate. Se las quitan de las manos y eso que son un manjar disponible durante todo el año, no solo en Semana Santa. Se elaboran a partir de pan normal. «Las bañamos en leche, en huevo y las freímos. Por encima incorporamos una crema pastelera tostada que es lo que las hace diferentes y realmente espectaculares. No es una crema cualquiera, está caramelizada y eso le da un gusto único», explica Patricia San José, dependienta de este establecimiento. «Aunque las tenemos todo el año, ahora en Semana Santa se nota muchísimo más movimiento, se triplican las ventas. Viene gente de todo tipo a por ellas: jóvenes, mayores, turistas... ¡a todos les encantan! Aunque la receta no es complicada, es un postre laborioso de hacer. Mucha gente viene pidiendo la torrija tradicional, pero la nuestra lleva crema tostada y el que prueba, repite. ¡Nos la quitan de las manos!»
Precio: 23,95€ /kilo. La unidad ronda los 1,75€ euros
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