Los pasos lucen como nunca en una procesión del Viernes Santo con las calles abarrotadas de público

La Procesión de los Pasos, creada en 1907 y consolidada a lo largo del siglo XX por el trabajo y el esfuerzo de gremios y cofradías, partió de la Catedral a la hora prevista, las ocho y media de la tarde. Previamente se había celebrado el Desfile de Bandas de Cornetas y Tambores, que llenó las calles de Segovia, abarrotadas de turistas, de música y sentimiento. Todas las bandas procesionales ascendieron por la Calle Real a la Catedral, donde les esperaban sus cofradías y sus pasos, los catorce, para poder empezar el esperado cortejo.

La Cofradía de La Oración en el Huerto, de la parroquia de San Lorenzo, abría la procesión oficial. Los colores verdes y blancos llenaban las escena, acompañando al paso en el que puede verse a Jesucristo, postrado de rodillas ante el ángel, entre los olivos del huerto de Getsemaní. Con él iba la banda de cornetas y tambores Félix Martín, titular de la cofradía.

Al hilo del relato de la Pasión le seguían los pasos de La Flagelación del Señor (Cofradía de La Flagelación, Nueva Segovia); Nuestro Señor Jesús con la Cruz a cuestas y María Santísima de las Angustias (Ademar-Maristas); el Santo Cristo de la Cruz (Cristo del Mercado), custodiado por miembros de la Guardia Civil; el Santo Cristo en su Última Palabra y la Soledad al pie de la Cruz (San Millán), acompañado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía; El Calvario, María Magdalena junto a Jesús en la Cruz y La Piedad (San José Obrero); el Santo Cristo de los Gascones (Cofradía de la Santa y Venerable Esclavitud), venerado por la feligresía del Salvador y los miembros del Ilustre Colegio de Abogados de Segovia; el Yacente de Gregorio Fernández (San Andrés); la Soledad Dolorosa de Santa Eulalia, escoltada por efectivos de la Academia de Artillería de Segovia, y el Santo Cristo de San Marcos. Las autoridades eclesiásticas y civiles, con el obispo César Franco y la alcaldesa de la ciudad, Clara Luquero, a la cabeza, cerraban el desfile, amenizado con la música triste de las bandas de cornetas y tambores y de la Unión Musical Segoviana.

El cortejo cruzó las calles Cronista Lecea, Serafín, San Facundo, San Agustín y San Juan, y concluyó en el Azoguejo, a los pies del Acueducto. Más de cuatro mil personas tomaron parte en él, según los datos que maneja la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Segovia.

El otro dato está en el público. Miles de personas, probablemente más de diez mil, siguieron la procesión del Viernes Santo desde la calles, en las que no cabía un alfiler. Con los hoteles al 90% de ocupación y los restaurates llenos, Segovia ha vivido un Jueves y un Viernes Santo plenos, con cifras y sensaciones superiores a los años inmediatamente anteriores a la covid-19.