Agentes de la Policía Nacional custodian al Santo Cristo en su Última Palabra, obra de Aniceto Marinas. Antonio Tanarro

Semana Santa Segovia

La mejor noche posible para la procesión capital

Hizo mucho frío, pero la lluvia respetó el desfile de los Pasos y los cofrades pudieron disfrutarlo plenamente después de días de incertidumbre

Carlos Álvaro

Segovia

Sábado, 30 de marzo 2024, 13:58

Tras una mañana marcada por la lluvia y la nieve, el Viernes Santo remontó en su recta final y la Procesión de los Pasos pudo brillar en todo su esplendor. Hizo mucho frío, pero no había agua. Era el deseo principal y se cumplió ... con creces. No obstante, el desfile salió incompleto, porque faltaron los pasos del Santo Cristo de San Marcos y la Soledad al Pie de la Cruz, de San Millán. Al primero no lo pudieron subir por la mañana, como estaba previsto, a causa de la nieve, y a la Virgen la dejaron en la iglesia de San Millán la tarde del Jueves Santo en previsión de que pudiera llover y dañarla.

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El desfile empezó puntual. El Ayuntamiento y la Junta de Cofradías engalanaron el recorrido de la Plaza Mayor con las vallas convenientemente tapizadas de azul. Las autoridades presenciaron el desfile desde la tribuna de la grada instalada delante de la Casa Consistorial, que presentaba un pobre aspecto porque muchas localidades estaban vacías. Como siempre, los cofrades de La Oración en el Huerto, del barrio de San Lorenzo, encabezaban el cortejo: capirotes y túnicas blancas y capas verdes. La imagen del Cristo arrodillado a los pies de un olivo se abría paso entra la multitud, que se agolpaba a lo largo del recorrido.

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Seguidamente marchaba la Cofradía de La Flagelación, vinculada a la parroquia de Nueva Segovia. Los Maristas salieron de la Catedral solo con un paso, el de María Santísima de las Angustias, para incorporar el otro, Jesús con la Cruz a Cuestas, en la iglesia de San Miguel, donde había permanecido custodiada toda la noche. Los cofrades del Santo Cristo del Mercado, custodiado por agentes de la Guardia Civil de Segovia, desfilaban después con sus vestimentas moradas y doradas. El Santo Cristo en su Última Palabra, de San Millán, lució en todo su esplendor, custodiado por la Policía Nacional. Aniceto Marinas donó en 1947 esta obra que los cofrades portan con indisimulado orgullo.

Cofrade del Santo Cristo de la Cruz del Mercado. Antonio Tanarro

La Cofradía de La Piedad, de San José, desfiló con sus tres pasos –El Calvario, La Magdalena al Pie de la Cruz y La Piedad–, perfectamente acompasados con la música de la banda de cornetas y tambores. También brillaron los yacentes, el del Cristo de los Gascones y el de Gregorio Fernández, dos joyas de la imaginería segoviana. Cerraba el cortejo, como siempre, la Dolorosa de Santa Eulalia, bajo palio.

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Parte de la corporación municipal, con el alcalde, José Mazarías, al frente se incorporó a la comitiva en la misma Plaza Mayor. No lo hicieron los concejales de PSOE, que prefirieron salir en procesión desde la Catedral, como otros años.

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